viernes, 19 de julio de 2024

Escalada al Pico Bolívar de Mérida, Venezuela, 1947 (Primera Misa en la Cima) y 1954

 



Álbum 144

Historia de Mérida. Escalada al Pico Bolívar de Mérida, Venezuela, 1947 (Primera Misa en la Cima) y 1954.

12 Fotografías de Ergio José Guitián Pedrosa

Mar 30, 2018

por

enagor

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Enrique Alí González Ordosgoitti[i]

-Si desea conocer la Lista de todos los Álbumes de Fotos Etnográficas de Venezuela y de América Latina La Grande: https://ciscuve.org/?p=7209

Nota Introductoria

Los Álbumes de Fotos Etnográficas se publican simultáneamente en dos nichos de internet: en el Facebook de nuestro Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela (CISCUVE), Facebook.Ciscuve y en nuestra Página Web: www.ciscuve.org. Ambos nichos requieren formatos específicos. En el Álbum colocado en el FB, les será más fácil descargar gratuitamente las fotos que desee para funciones académicas (cualquier otro uso deberá solicitar el permiso del autor de las fotografías, sean Instituciones o Individuos), aunque con un pie de foto común. Mientras en la Página Web encontrará un poco más de información acerca del Álbum y además, los pies de fotos serán idénticos a los del Archivo Audiovisual del CISCUVE, del SiLIU (Sistema de Líneas de Investigación Universitaria) y de los Investigadores adscritos a ambos entes, que han decidido donar parte de sus registros fotográficos individuales. Cuando los Álbumes no contengan el nombre del Fotógrafo, sino de una Institución Educativa (UCV, IPC-UPEL, CISCUVE, IUSEPAR, CLACDEC y otras), debe entenderse que las Fotos fueron tomadas por los Alumnos de dicha Institución dentro de una actividad académica, por lo que los créditos son atribuibles a dicha Institución.

 

Ficha Bibliográfica

-González Ordosgoitti Enrique Alí (30.03.2018).-Álbum 144.-Historia de Mérida. Escalada al Pico Bolívar de Mérida, en 1947 y 1954. 12 fotografías de Ergio José Guitián Pedrosa, escaneadas por Víctor Manuel Teixeira Ferreira, F-09794-09806, https://ciscuve.org/?p=21434

Palabras Clave (Álbum 144): Educación, Colegio San José, Religión, Cristianismo Católico, Jesuitas, Geografía, Excursionismo, Escaladas, Pico Bolívar de Mérida, Estado Mérida, Venezuela.

Resumen (Álbum 144): El presente Álbum nos ilustra la Escalada al Pico Bolívar de Mérida, en el Estado Mérida de Venezuela, durante 1954, narrada fotográficamente por uno de los Escaladores, Ergio José Guitián Pedrosa. Además, se incluye una foto de 1947, de la Primera Misa Celebrada en el Pico Bolívar, por el Padre Fernando Bilbao, SJ. Consideramos que lo que muestran las fotos, contribuye al conocimiento tanto de las actividades del Grupo Excursionista del Colegio San José, de los Jesuitas en el Estado Mérida, como también, sobre el estado paisajístico de esas montañas para esos años. Y como dato de interés adicional, estamos presentando Documentos gráficos de mediados del siglo pasado.

Nota Editorial: Todas las Fotos (menos F-09794) fueron tomadas, catalogadas y curadas por Ergio José Guitián Pedrosa. Y todas fueron escaneadas por Víctor Manuel Teixeira Ferreira, en 2018.

 

 

Se agradece que quien tenga información, acerca del contenido de alguna Foto en específico:

1.-sírvase anotar el Número y proceder a la descripción de su contenido

2.-luego, enviarnos dicha información a nuestro correo: ciscuve@gmail.com, conjuntamente con sus datos personales, con el objeto de escribir nuevamente en esta Entrada, dándole los créditos respectivos a quien nos suministró la información.



F-09794-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09794-1947.-Primera Misa efectuada en el Pico Bolívar, oficiada por el Padre Fernando Bilbao S.J.

 


F-09795-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09795-1954.-Vista del Pico Bolívar desde la cabaña de La Aguada

 



F-09796-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09796-1954.-Leyenda

 



F-09797-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09797-1954.-Vista del Pico Bolívar desde la cabaña de La Aguada

 



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09798-1954.-Vista del Pico La Concha desde el sendero hacia La Cresta

 



F-09799-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09799-1954.-Vista del camino por el Flanco Norte del pico Bolívar, al lado de Timoncito con Garganta Burgoine

 



F-09800-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09800-1954.-El padre Sada S.J. junto a una roca, durante la escalada

 



F-09801-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09801-1954.-El grupo excursionista entre las rocas escarpadas en dirección a la Cima

 



F-09802-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09802-1954.-El guía Lucio Pena en la vía hacia la Cima

 



F-09803-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09803-1954.-Sendero nevado junto al precipicio entre la Garganta Burgoine y el Flanco Norte

 



F-09804-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09804-1954.-Vista lateral del Flanco Norte ya junto a la Cima

 



F-09805-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09805-1954.-Ergio José Guitián Pedrosa en el Pico Bolívar, al lado del Busto de Bronce del Libertador

 


F-09806-Escalada-Pico-Bolivar-Merida-1954-EJGP

09806-1954.-El excursionista Alfredo Landaeta, también en La Cima al lado del Busto de Bolívar

 

 

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[i] .-Enrique Alí González Ordosgoitti

-Doctor en Ciencias Sociales, Sociólogo, Folklorólogo, Filósofo, Teólogo, Locutor, Profesor Titular de la UCV, de la Facultad de Teología de la UCAB (2000-2016) y del Instituto de Teología para Religiosos-ITER (1991-2016). Miembro del Comité Directivo del Centro de Estudios de América (CEA), Vicerrectorado Académico de la Universidad Central de Venezuela (UCV)

-Co-Creador y Coordinador General -desde 1991- de la ONG Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela-CISCUVE.

-Co-Creador y Coordinador -desde 1998- del Sistema de Líneas de Investigación Universitaria (SiLIU) sobre Sociología, Cultura, Historia, Etnia, Religión y Territorio en América Latina La Grande.

-Co-Creador y Coordinador -desde 2011- de la Página Web de CISCUVE: www.ciscuve.org

-Para contactarnos: ciscuve@gmail.com@ciscuveciscuve-Facebook; @enagor;  enagor2@gmail.com; Skype: enrique.gonzalez35,

Enrique Alí González Ordosgoitti-Youtube

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miércoles, 31 de enero de 2024

Biografía de Giovanni Battista Agostino Codazzi-ALFREDO JAHN

 

Biografía de Giovanni Battista Agostino Codazzi

 


Nació Giovanni Battista Agostino Codazzi en Lugo, sección Romagna de la Italia setentrional, el 10 de julio de 1793. Fueron sus padres don Domenico Codazzi y Constanza Bartolotti y niño aún fue enviado a la Escuela Militar que los franceses habían fundado en Bologna. Apenas había cumplido los 16 años cuando fue admitido en un Regimiento de Artillería montada, para luego continuar hasta el año de 1812 su educación militar en la Academia de Pavia. Incorporado a los ejércitos de Napoleón I, como oficial de Artillería, combatió bizarramente en las famosas batallas de Lützen, Bautzen, Culm, Dresden y Leipzig y el 20 de febrero de 1814 figuraba en el Estado Mayor del Teniente Coronel Armandi en la batalla de Mantua. Una vez disuelto este ejército, se alisto como Teniente de Artillería en la Legión Italiana organizada con los restos del Ejercito de Beauharnais y al concluir en Waterloo la brillante y gloriosa carrera de Bonaparte, comenzó para Codazzi una vida triste y menesterosa de la cual hubo de sacarle su antiguo jefe y amigo el Coronel Ferrari, con quien viajó por Grecia, la Valaquia, Rusia, Polonia, Prusia, Suecia, Dinamarca y Holanda, donde llegó a principios de 1817 dispuesto a regresar a la casa paterna. Informado allí de la sublevación de los pueblos suramericanos que proclamaban su Independencia de España, embarcóse en Amsterdam con rumbo a los Estados Unidos. En Baltimore le alcanzaron las primeras noticias de los portentosos éxitos obtenidos por los suramericanos bajo la genial dirección de Bolívar y desde luego se propuso ofrecer sus servicios a la causa de nuestra Independencia. En el mismo año el Vicealmirante de Venezuela, Villaret, lo embarca con el grado de Teniente en el Bergantín “América Libre”, rumbo a la Isla de Margarita, donde debía reunirse con Brión para apoyar en el Oriente de Venezuela las operaciones del ejercito libertador. Mas, desavenencias surgidas entre Brión y Barnad, Comandante del bergantín, fueron causa de que éste haciendo caso omiso de las ordenes recibidas, se dirigiese a la Isla Amelia, frente a la costa de La Florida, en busca de su compatriota Aury, quien a la sazón era Brigadier de los ejércitos mexicanos y se disponía a atacar la isla. Marcaba ésta entonces la línea fronteriza de la América hispana y la anglosajona y servía de base a aventureros y piratas que habían izado en la fortaleza Fernandina la bandera española, a cuya sombra ejecutaban sus cruceros corsarios. Tocó a Codazzi dirigir el ataque, el cual, al cabo de cuatro horas de lucha, puso en sus manos la fortaleza y un cuantioso material de guerra. Este hecho de armas le valió el ascenso a Capitán de Artillería y con este cargo estuvo acantonado allí, hasta que, cedida a los americanos la Florida, hubieron los mexicanos de evacuar la isla en los últimos días del ano de 1817. Fué esta una afortunada circunstancia para la causa de la Independencia, toda vez que la pequeña escuadra de Aury, compuesta de 14 barcos pudo, al abandonar la Amelia, reunirse con Brión y evitar que la escuadra española, venida de Cádiz, destruyese la de Brión privando a Venezuela de los importantes elementos y recursos traídos por Sucre para servir de base a la independencia de Venezuela y Nueva Granada.

 Cumpliendo órdenes de su Jefe Aury hace Codazzi en 1819 en desembarque militar en el Golfo de Honduras y se apodera del Fuerte de San Felipe, enarbolando por primera vez en aquella región la bandera de la Republica, por lo que es ascendido a Sargento Mayor el 1° de agosto del mismo año.

 De manera inesperada decidióse pocos días más tarde la suerte del dominio español en el extremo setentrional del Continente Suramericano. Este acontecimiento tuvo lugar lejos de las costas, en lo alto de las cordilleras que cubren el interior de la Nueva Granada.

 En la pequeña ciudad venezolana de Angostura, a orillas del Orinoco, habíase convocado el 15 de febrero de 1819 la llamada Convención de las Provincias de Barcelona, Barinas, Caracas, Casanare, Cumaná, Guayana y Margarita y de la cual dimanó una nueva forma de gobierno.

 Bolívar, eficazmente secundado por los Jefes de diferentes grupos de patriotas que se hallaban en armas, dirigió un audaz ataque contra la Nueva Granada, confiando en sus conocimientos de aquella región y en la tenaz perseverancia de sus partidarios. Después de recibir nuevos auxilios de voluntarios ingleses y alemanes, tramontó la Cordillera Oriental de Nueva Granada por el Páramo de Pisva y cayó sobre los españoles en las márgenes del río Boyacá con ímpetu tal, que obligó al Virrey Juan Sámano a una apresurada retirada hacia la costa, dejando el interior del país desprovisto casi de armas y tropas españolas. Fué esta una empresa de alto valor moral y militar llevada a cabo por las tropas venezolanas.

Dice el historiógrafo Schumacher: “la noticia de semejante cambio en la suerte de las armas patriotas, de su sonado triunfo y del posible establecimiento de una nueva y poderosa Republica americana, llegó con la misma rapidez y las costas del mar de las Antillas, que al resto de las fuerzas realistas, las cuales se vieron obligadas a concentrarse en Santa Marta y Cartagena. Algunos de los bergantines de Aury tuvieron las primeras noticias mientras este excursionaba por la bahía de Darien y éstas despertaron inmediatamente nuevos planos en los moradores de Vieja Providencia, quienes esperaban de un momento a otro el ataque de aquellos dos lugares de la costa que dominan las bocas del río Magdalena. Era, pues, necesario proteger por mar a las fuerzas de tierra, y con tal motivo una buena estrella parecía brillar para Aury, quien no debía omitir esfuerzos para acogerse a la sombra de la bandera de la República. Con tal motivo resolvió inmediatamente de saber la destitución del Virrey, enviar un apoderado que ofreciera a Bolívar los servicios de la escuadra y entrar en arreglos convenientes”.

 Hallándose aún en poder de los españoles casi todo el territorio que media entre el Atlántico y las montañas de Cundinamarca, el único camino para llegar a la capital era el de la inhospitalaria región del Atrato, casi desierta, cubierta de densos bosques y llena de peligros. Entre los compañeros de Aury fué el único dispuesto a desempeñar esta misión el Mayor Codazzi, quien a principios de octubre de 1819 remontó desde Darien el Atrato hasta la desembocadura del río Murri, lugar atrincherado y artillado por los patriotas. De allí continuó Codazzi en una canoa indígena que llenó de baratijas, herramientas y arenas, y que tripuló con bogas semisalvajes, y venciendo la corriente del río Quibdó, antiguo Citará, penetró en la Provincia del Chocó. La vía hacia Bogotá se hallaba ciertamente abierta, puesto que las provincias de Antioquía y Mariquita estaban libres, pero carecían de todo recurso y medios de trasportes, los que habían sido arrastrados por los enemigos en su rápida retirada. Fue necesario continuar a pie hasta Cártago sobre el río Cauca y de aquí a Bogotá el viaje se realizó a caballo y con mayor rapidez. Bolívar se hallaba ausente y ejercía la Vicepresidencia el general Santander. El resultado de su entrevista fué sólo de promesas; bien sea por la poca confianza que inspirara la personalidad de Aury o porque en aquellas alejadas montañas se daba poca importancia a la flota y todo se esperaba de las fuerzas terrestres. A fines de octubre y con oprimido corazón emprendió Codazzi el regreso a la costa. El compañero, a quien a la subida dejara enfermo en Quibdu había muerto, pero habíale dejado seis botellas de oro en polvo adquiridas a cambio de las mercaderías y baratijas y éste legado fue la base de la pequeña fortuna con que Codazzi regresó más tarde a su querida Romagna.

 Mientras Aury se dirigía a Bogotá para negociar con Bolívar y regresar tan decepcionado como su comisionado anterior, la escuadra intentó un nuevo ataque a las costas de Guatemala y aún al territorio del interior de Honduras. El valor desplegado por Codazzi en la toma de las fortalezas de Trujillo y San Felipe y de la ciudadela de San Fernando de la temible Omoa, le valieron el grado de Teniente Coronel de Artillería el 2 de noviembre de 1820, “en prueba de agradecimiento por sus grandes servicios, así como su fiel devoción a la causa de la Independencia de Sur América”, según escribió Felipe Lacroix, Secretario de Aury.

 Hallábanse concentrados en Cartagena los restos del ejército español y a partir del primero de junio de 1821 fueron sitiados por mar y por tierra hasta rendirse el 10 de octubre de 1821, diez días después de la muerte del infatigable Brión y sin que Aury hubiera podido tomar parte en la lucha.

 El incansable filibustero buscó entonces otro medio para alcanzar el premio de sus luchas de tantos años; con tal objeto atacó repentinamente las bocas del río de San Juan, el punto mas importante de la costa de los Mosquitos, donde los ingleses instigados por Hallstead, Comandante de Jamaica, querían comenzar operaciones de sitio. Tampoco aquí se vio favorecido por la suerte el jefe de Codazzi, pues el sitio fué declarado una violación de los derechos de Colombia, aun cuando hasta entonces la costa de los Mosquitos había sido considerada como parte de la nueva República de Costa Rica. Murió Aury repentinamente y su sucesor Nicolás Joly fue recibido en las fuerzas colombianas con el grado de Coronel y obtuvo la formal promesa de que los demás oficiales del finado Aury serían oportunamente reconocidos en sus respectivos grados (Schumacher).

 Codazzi no quedó incluido en este arreglo. Como tantos otros de sus compatriotas, sentía profunda nostalgia por Italia y abandonó las aventuras marinas cuando la Independencia de Colombia parecía definitivamente asegurada, y el Libertador se dirigía a derrocar paso a paso el poder español en las costas del Pacífico .

 En la isla danesa de San Thomas cambió por añil su bien ganado oro del Atrato y con aquel valioso artículo de comercio se dirigió a Baltimore donde había comenzado su carrera americana. De allí, después de haber realizado una fortuna de cuarenta mil pesos, emprendió en agosto de 1822 el regreso a su patria, la cual halló muy cambiada y enlutado su hogar por la muerte de su padre. Poco después, en marzo de 1823, compró el bonito fundo agrícola El Serrallo, situado entre Massa Lombarda y Conselice y allí arregló su cómoda vivienda completamente entregado a las faenas de la agricultura, pero siempre perseguido por la fatalidad.

 Decepcionado de casi todos sus amigos y fracasado en su pequeña empresa agrícola, resolvió abandonarlo todo para dirigirse a Colombia y ofrecer sus servicios al Libertador. Esperaba que serían reconocidos sus anteriores servicios y contaba con que su extraordinaria actividad y vastos conocimientos de Ingeniería militar le abrirían el camino en la nueva República. Arribado el 24 de mayo de 1826 a las hospitalarias playas de Cartagena de Indias, emprendió viaje a Bogotá en compañía de su antiguo amigo el almirante Clemente, que desempeñaba la cartera de Marina. En noviembre del mismo año entrevistóse con el Libertador, quien cediendo a las recomendaciones de Clemente y de Revenga, enroló a Codazzi en su séquito, y juntos emprendieron el largo viaje a Venezuela, donde el general Páez, como Jefe del nuevo Estado, había convocado para el próximo mes de enero una Asamblea Constituyente que debía reunirse en Valencia. Ante la posibilidad de una guerra civil, el Libertador declaró el estado de sitio para el Departamento del Zulia y las regiones vecinas y encomendó el Gobierno departamental al general José María Carreño. Como jefe de la artillería de Maracaibo, recibió Codazzi del Ministro de la Guerra de Bogotá, y por orden de Bolívar, el nombramiento de primer comandante de Artillería colombiana el 10 de enero de 1827; su primer periodo de servicio era reconocido desde el 18 de febrero de 1818; su permanencia en Italia considerada como una licencia y seguidamente fué inscrito su nombre de la Orden de Libertadores. Así empezaban a realizarse las esperanzas que de nuevo lo habían empujado hacia el Nuevo Mundo.

 Habiendo recibido con fecha 15 de febrero de 1828, la orden de fortificar las costas de la Guajira, y las que se extienden al Este, estuvo entregado todo lo restante del año en levantar mapas detallados de la Barra y de las costas, y ejecutando sondeos en las aguas que las rodean.

 A principios de 1829, el general Justo Briceño; sucesor de Carreño, comisionó a Codazzi para desarrollar un plan de itinerarios militares en el Departamento del Zulia, y como este comprendía para entonces no sólo la región ribereña del Lago de Maracaibo, sino también parte de las montanas, hasta los lejanos límites con Nueva Granada y las nevadas crestas de las Sierras de Mérida, la comisión que se le confiaba implicaba una vasta y difícil labor de mensura de carácter geográfico.


Con el desempeño de esta comisión comienza en la vida de Codazzi una nueva faz, sin duda la más importante, porque viene a revelarnos sus profundos conocimientos científicos, los cuales enseguida hubo de aprovechar la Republica para dar a conocer al mundo las condiciones físicas de nuestro país, y sus abundantes riquezas naturales. Las fatigas sufridas durante sus largas campañas en Europa y América habían fortalecido y endurecido su cuerpo y su espíritu: resultaban un admirable gimnasio, donde habíase preparado para resistir las que la naturaleza y el clima de los trópicos habrían de oponer al explorador geógrafo. Su indiscutible competencia y el amor y entusiasmo conque se dedicaba a su nueva actividad, debían realzar aún más el renombre alcanzado por sus éxitos militares, o, como ha dicho un escritor: “El Oficial de Artillería iba a quedar eclipsado por el Ingeniero Geógrafo”.

 Decretada por la Asamblea Constituyente, reunida en Valencia el 6 de mayo de 1830, la separación de Venezuela del resto de Colombia, apresuróse Codazzi a presentar al nuevo Gobierno sus mapas y planos del Zulia, como una muestra de lo que podía y debía hacerse en el resto del país, y admirado el General Páez de este primer fruto del militar académico recomendó al Congreso ordenase el levantamiento de mapas geográficos de las demás Provincias, a fin de formar de su conjunto la primera carta geográfica de Venezuela.

 Por ley dictada el 14 de octubre de 1830, fué autorizado el Gobierno para que encargara a un oficial competente el levantamiento de las cartas provinciales y la recopilación de datos físicos y estadísticos, a todo lo cual daba el Congreso la más alta importancia.

 El oficial escogido no podía ser otro que Codazzi, a quien el General Páez había designado pocos días antes como Jefe de Estado Mayor, después que esto había concluido la mensura de la Provincia de Coro.


La ejecución de la importante comisión corográfica encomendada a Codazzi, hubo de sufrir, empero, algún retardo. Muerto el Libertador el 17 de diciembre de 1830, sucediéronse varios alzamientos de cabecillas y Jefes militares de la Independencia quienes habían empuñado las armas en los Llanos de Apure y Barcelona, unos con el pretexto de la reconstrucción de la Gran Colombia, y otros con el propósito de imponer su propia personalidad. Codazzi tuvo que expedicionar contra estos facciosos y en estas y otras comisiones de carácter militar hubo de emplear todo el año de 1831.

 


Tras estas interrupciones pudo Codazzi, al fin, dar principio a sus trabajos corográficos el 2 de enero de 1832, partiendo de Caracas, la cual había sido designada como capital de la República el 30 de mayo de 1830. Con ligeras interrupciones, debidas a nuevas alteraciones del orden público, a cambios de Gobierno, y a varias prórrogas que fué menester solicitar para su comisión, pudo al fin dar esta por concluida, en cuanto al trabajo material, al finalizar el año de 1838 e informar a Páez, quien de nuevo ocupaba la silla presidencial, en estos términos: “El encargo que el Gobierno me encomendara hace ocho años, ha sido cumplido: cada una de las trece Provincias de la República tiene su carta corográfica en grande escala, y cada una de éstas un resumen de sus cantones, itinerarios y multitud de datos importantes de orden geográfico, físico y estadístico”.


El Comandante de Ingenieros y Director de la Academia de Matemáticas de Caracas, Don Juan Manuel Cajigal, a cuyo juicio fueron sometidos estos trabajos, rindió un informe en extremo satisfactorio.

 Codazzi, elevado al rango de Coronel efectivo de Ingenieros el 22 de abril de 1836, había realizado una tarea verdaderamente monumental. Estaban concluidos los mapas y los manuscritos de las obras Historia de Venezuela y Resumen de la Geografía de la misma, cuya parte literaria estuvo a cargo de dos personalidades prominentes en las letras: Don Rafael María Baralt y Don Ramón Díaz. Faltábanle ahora los medios para su publicación, porque aunque el Congreso le cedía en su mayor parte la propiedad de la edición, esta debía ser costeada por Codazzi. En este conflicto, dirigióse el geógrafo al Congreso a principios de 1810, y éste ofrecióle un auxilio de 10.000 pesos con la fianza del patricio Don Martín Tovar y Ponte, para el caso de incumplimiento. Resuelto así el problema económico, pudo, al fin, embarcarse Codazzi el 11 de julio de 1810, para Europa, en compañía de su pequeña familia y de sus amigos y colaboradores Baralt y Díaz.

En Paris tuvo la más cordial acogida por parte de los hombres de ciencia más eminentes de Europa. Todos admiraban su obra y la elogiaban del modo mas sincero. Alejandro de Humboldt lo despedía en junio de 1811 con esta cariñosa frase: “no puedo dejarle partir para aquel bello país, del que guardo los más caros recuerdos, sin renovarle mis más sinceros sentimientos de respeto. Los trabajos geográficos de Ud., que abarcan un área tan extensa, contienen tal acervo de detalles topográficos y tantas anotaciones sobre clima y altitudes, que harás época en los anales científicos. Me es una satisfacción haber vivido lo suficiente para poder asistir a la conclusión de esta magna empresa, que da lustre al nombre de Codazzi y gloria al Gobierno que tuvo el tino de secundarla”....

 A poco de haber llegado, fueron presentados los mapas y manuscritos por Francois Arago, al célebre Instituto de Francia. Este nombró una comisión integrada por el mismo Arago y por Savary, Elie de Beaumomt y Boussingault y el informe rendido por estas eminencias, concluye así: “Los trabajos del Coronel Codazzi. que han exigido tanta constancia de su parte, nos parecen en su conjunto y bajo todos respectos, dignos del más eficaz fomento. Vuestros comisionados no dudarían pediros, que le acordáseis la mayor prueba de vuestra estimación, haciéndolos insertar en las Memorias de los Sabios extranjeros; si tal petición fuere realizable, tratándose de materiales tan voluminosos y que además están en vísperas de ver la luz pública”.

 Eligió Codazzi para la publicación de su obra la antigua y reconocida casa Thierry fréres, de Paris, la cual tenía a su servicio un cartógrafo grabador alemán, Alejandro Benítez, insigne artista, según se evidencia del Atlas de Venezuela por el ejecutado y por algunos dibujos originales que poseo. Trabóse una íntima amistad entre los dos hombres durante el largo tiempo en que trabajaban conjuntamente, ilustrando Codazzi sus propios dibujos con explicaciones verbales, que Benítez debía traducir en sus grabados, a fin de que ellos representasen lo mejor posible la topografía de nuestro territorio. Estas ilustradas disertaciones inflamaron la mente del joven cartógrafo, quien como hijo de agricultores de la Selva Negra, era un profundo admirador de la naturaleza y un entusiasta cazador. Ya próxima a concluirse esta labor, recibió Codazzi un oficio del Gobierno de Caracas, en que se le excitaba a que informase cuales eras, en su concepto, los territorios más adecuados para el establecimiento de colonias agrícolas que el Gobierno se proponía crear en el país, con inmigrantes europeos. Codazzi contestó a mediados de enero de 1840, que para una información de esta índole precisaba hacer un reconocimiento en aquellos lugares que a primera vista parecían los más adecuados, como las montañas entre Ocumare del Tuy y Altagracia de Orituco, y las regiones selváticas de la Cordillera del litoral, frente a La Victoria, y Maracay, y desde luego ofrecía hacer este reconocimiento y consiguiente informe a su próximo regreso a Venezuela. Aquí comienza la tercera v mas interesante faz en la vida de Codazzi: el valeroso militar y eminente geógrafo vino a ser también un prudente y experto colonizador.

Los propósitos del Gobierno de fundar en Venezuela colonias agrícolas europeas entusiasmaron de tal modo a su amigo Benítez, que este ofreció a Codazzi reunir en su país natal un fuerte contingente de emigrantes entre sus familiares y amigos. El prudente Codazzi aconsejó le acompañase en su próximo corto viaje a Venezuela, para que viese y juzgase por si propio las condiciones del país, de su gobierno y de sus pobladores, antes de tomar una determinación que debía marcar un cambio tan trascendental en su vida y la de los suyos, y al efecto trasladáronse juntos a Caracas al cabo de pocos meses.

 En un informe preliminar presentado al Secretario del Interior y Justicia, con fecha 11 de noviembre de 1841, dice Codazzi: “largas y frecuentes conferencias sobre el mejor modo de colonización, tuve en Europa con el sabio señor Boussingault y con el celebre Barón de Humboldt, y a sus experimentados consejos debo la mayor parte de las ideas que expondré más adelante; pero antes de todo diré a Ud. que determine entonces dirigir mis miradas hacia la Alemania, de donde los Estados Unidos del Norte han recibido sus más grandes inmigraciones”.

 Una rápida exploración por las montañas que demoran al Norte de La Victoria y por los valles de Puerto La Cruz y Maya que descienden al mar Caribe, rebeló a Codazzi la conveniencia de establecer la primera Colonia en un anfiteatro delicioso que encierra las fuentes del río Tuy a una altura que varia de 1.800 a 2.000 metros sobre el nivel del mar. A su juicio podían establecerse allí unas ocho mil personas, y las montañas vecinas ofrecían facilidades a la apertura de caminos de recuas a La Victoria y de una carretera a la capital de la República.


“En esta última es donde la colonia funda sus mayores esperanzas de incremento y de progreso”, se lee en su Prospecto publicado en febrero de 1842, y más adelante: “el colono que pudiera diariamente llevar en pocas horas a Caracas sus productos, tendría ventajas incalculables y estas se harían extensivas a todas aquellas tierras altas e incultas”.

 Las tierras elegidas formaban parte de las que eran de propiedad del señor Manuel Felipe de Tovar y este eximio patriota en noble gesto, que honra su memoria, hizo gratuita cesión de las que la Colonia hubiese menester. Su tío, el prócer Don Martín Tovar y Ponte, por su parte, ofreció su protección moral y la fianza material, a fin de que el Gobierno adelantase los fondos que la nueva empresa de Codazzi requería. Supo este cumplir un deber de justicia al consignar en su citado prospecto: “el hombre de Colonia Tovar se le ha dado para perpetuar la memoria de dos hombres que se han constituido en protectores de la empresa con un raro desinterés, y sólo porque han creído que si se lleva a efecto el proyecto, su patria recibirá ventajas y bienes incalculables. El antiguo y puro patriota ciudadano Martín Tovar, sirvió de fiador al empresario que no posée otros bienes de fortuna que un ardiente deseo de ser útil a su patria adoptiva. No menos generoso fué el ciudadano Manuel Felipe de Tovar, joven patriota, que marcha a paso firme por la senda de su tío; donando a la empresa todo aquel hermoso valle que contiene más de dos leguas cuadradas de tierras de cultivo. Allí quedará asentada la primera colonia que auxiliada por la salubridad del clima y la feracidad de las tierras, prosperara a grandes pasos y dará a Venezuela el hermoso espectáculo de ver en poco tiempo cambiada la faz de una naturaleza salvaje”.

 Abunda además el prospecto citado en multitud de indicaciones sobre los diferentes cultivos adaptables al clima de la Colonia, y sobre la manera y época en que estos deben hacerse y todo ello revela en Codazzi conocimientos poco comunes de agricultura práctica.

 El 8 de Abril de 1843 llegaron a la nueva Colonia los primeros inmigrantes alemanes en número de 374 personas, acompañados de Codazzi y Benítz. Pronto surgieron en aquellas selvas sementeras y casas que recordaban las de la patria de los colonos. El previsivo Codazzi no había omitido ningún sacrificio ni ningún detalle para asegurar la vida en el nuevo establecimiento. Había allí un médico, un preceptor, un sacerdote, carpinteros, herreros, zapateros, carniceros, aserradero mecánico, molinos de trigo, panadería, tiendas, botica, cervecería, alfarería y hasta tipógrafos y una imprenta donde se editaba un boletín mensual bilingüe, bajo la dirección de Benítz. He aquí la obra del organizador enérgico y consciente!

 Designado por el Presidente, General Soublette, como Gobernador de la Provincia de Barinas, hubo de abandonar Codazzi en diciembre de 1845 la Colonia, a cuyo fomento y bienestar estaba dedicado con verdadera pasión, dejando su dirección en manos de Alejandro Benítz.

 Disturbios a causa de desavenencias ocurridas, obligaron a Codazzi a volver a la Colonia en marzo de 1847. Su presencia allí restableció prontamente la buena marcha de su empresa favorita. Fué ésta su última visita, pues vuelto a Barinas, los acontecimientos políticos que se desarrollaron después de las violencias del 27 de enero de 1848, y el Gobierno de Monagas de ellas surgido, con el cual no simpatizaba Codazzi, le obligaron a abandonar en manos del nuevo Comandante Militar, el Gobierno de la Provincia. Salió el 22 de febrero de aquel año en unión de su familia por vía de Trujillo a Puerto Cabello, y de este último lugar trasladóse seguidamente a Maracaibo, donde llegó a sus manos una interesante carta del Presidente de Nueva Granada, General Mosquera. En ella se le invitaba a prestar nuevos e importantes servicios en la vecina República. Al igual de Páez, había comprendido Mosquera la importancia de los trabajos cartográficos para el estudio y fomento de un país incipiente. Ocupado además el problema de la unión de los océanos Atlántico y Pacífico a través del istmo, en cuyo proyecto parecían igualmente interesados los ingleses, franceses y americanos, y por antes de dirigirse Mosquera a Codazzi, había obtenido una compañía de Paris, el privilegio para la construcción de un ferrocarril istmeño.

 


Por su parte los Estados Unidos habían concluido un contrato con Mosquera, el cual fue aprobado el 12 de diciembre de 1816, asegurándoles amplias concesiones en el Istmo y se disponían a emprender la comunicación interoceánica. Para el estudio y control de estos proyectos, deseaba el Presidente la colaboración de Codazzi. Este último rehusó al principio, pero luego de dejar establecida su familia en Curazao y de conocer la salida del país de Páez, a quien el era adicto, resolvió dirigirse a Bogota y ofrecer sus servicios Mosquera. En Bogota tuvo la mas cordial acogida por parte del Gobierno y de los intelectuales más prominentes.

 Como resultado de su brillante memoria sobre la organización de la Escuela Superior y del Ejército Nacional, se le confirió en febrero de 1849, el grado de Coronel de Ingenieros neogranadino, el mismo que ostentaban cuando tuvo lugar la disolución de la  Gran Colombia.

 El cambio presidencial ocurrido el 1° de abril de aquel año lejos de traer dificultades a los proyectos de Codazzi, vino a favorecerlos inesperadamente. El nuevo Presidente José Hilario López los apoyo de tal suerte que fué dictada una ley en 29 de mayo, la cual disponía el inmediato comienzo de un levantamiento topográfico de la capital, que Codazzi debía de ejecutar con los alumnos de la Escuela Militar.

 Terminado este trabajo, y perdida para él toda esperanza de un pronto regreso a su patria adoptiva y a su tan querida Colonia Tovar, puso todo su empeño en lograr que se procediera al levantamiento de la Carta del País y la confección de una Geografía semejante a los por él ejecutados en Venezuela. Concluyóse en diciembre un contrato con Codazzi por el cual se fijaba un plazo de seis años para la terminación de todo y se le asignaba el mísero sueldo de 3.321 anuales, de los cuales debía sufragar sus gastos.

 Al mismo tiempo contratóse a Manuel Ancizar para recopilar los datos estadísticos y hacer la parte descriptiva del territorio y apenas concluidos estos contratos, tan importantes para el ulterior desenvolvimiento de su vida, llegaron a Bogota la esposa e hijos del ilustre geógrafo. Con nuevos bríos y el entusiasmo de antes iniciaba Codazzi su nueva actividad, cuando los primeros albores del 3 de enero del año  de 1850 iluminaban la dilatada sabana de Bogota.

 En largas y penosas jornadas recorrió el geógrafo el extenso territorio de la vecina República, determinando posiciones y alturas, levantando caminos y ríos y recopilando datos acerca del clima y de las condiciones ecológicas del país.

 Entre tanto los ingleses estudiaban la posibilidad de un canal interocéanico por la región de Darien y hacían circular en los centros comerciales de Europa un informe de Lionel Gisborne, fechado el 28 de agosto do 1852, Codazzi, en un informe presentado al Gobierno probaba la falsedad de este documento, en el cual Gisborne aseguraba no existir montañas en aquella región.

 El año siguiente una Comisión técnica, enviada de Londres hacia una exploración del terreno. Apareció poco después un cuerpo de Ingenieros norteamericanos y finalmente otro francés que venían a cooperar en estas expediciones. Estas noticias causaron cierta ansiedad en Bogota, donde no había sido solicitado el permiso del Gobierno. En consecuencia del Presidente Obando dió instrucciones al Gobernador de Cartagena para que enviase un número de hombres, cuy a presencia comprobase los derechos de la Nueva Granada en la bahía de Caledonia y designó a Codazzi para que se trasladase al teatro de los acontecimientos yv representase al Gobierno, colaborando con los extranjeros en las operaciones técnicas.

 Esta exploración afirmó a Codazzi en la opinión antes emitida de que las montañas de aquella región en la opinión un insuperable obstáculo a la realización del proyecto internacional y después de un estudio de la vía de Colón y Chagres, concluyó:  “Una línea de canal de Panamá a Colán o Chagres respondería mejor a las necesidades del comercio por ser esta la parte mas angosta del Istmo y porque su mayor altura no presenta obstáculos insuperables”. Como bien sabéis, esta es la vía que treinta años más tarde eligió Lesseps y por la que finalmente construyeron los americanos el actual canal.

 Fue este un triunfo de Codazzi que no le ha sido debidamente acreditado. El Gobierno de Colombia premio sus importantes servicios, confiriéndole con fecha 4 de diciembre de 1854 el grado de General, pero como este ascenso no fue conocido en Venezuela sino mucho tiempo después de su muerte, ha seguido llamándosele el “Coronel Codazzi”, porque era este su rango durante los años de su destacada y fructífera actividad militar, política y científica entre nosotros y con el que figura su nombre en las obras de que es autor.

 Terminadas sus operaciones topográficas en la región central y meridional de Colombia, decidió Codazzi continuarlas en la parte setentrional y a fines de 1858 descendió por el Magdalena a la Laguna Zapatosa y al caudaloso río Cesar.

 El 20 de enero de 1859 llegó a Espíritu Santo y de allí tomó el camino de Valle de Upar en marcha hacia la tan deseada Sierra Nevada de Santa Marta. No obstante verse acometido de una alta fiebre, salió del pequeño villorrio de Valle de Upar el 7 de febrero, pero en la cercana hacienda de Pueblito agravóse su estado y lo abandonaron sus fuerzas tantas veces probadas y horas después moría teniendo de frente las nevadas cimas que no le fué dado alcanzar.

Sus rectos fueron mas tarde trasladados a Bogota y su viuda, Doña Araceli Fernández de La Hoz cuyas manos tuvimos la satisfacción de estrechar en 1895, los deposito en la catedral de Valencia.


Allí aguardan el juticiero acuerdo que ha de abrirles las puertas del Panteón Nacional.