Mérida
Venezuela
Cuando
diviso a mí alrededor
Tanta
belleza junta, sin medida,
Se
proyectan el ansia de mi vida
Y
se llena de dicha mi interior.
Jamás
pude encontrar algo mejor
Y
que tanto animara mi existencia,
Como
lo que disfruto en tu presencia,
Porque
todo lo tuyo es un primor.
Permíteme
que sea tu adorador
Y
que siga viviendo con amor
En
tu ambiente de gloria y excelencia.
Porque
de mi jardín, eres la flor
Y
le das a mui ser el esplendor
De
vida celestial y permanencia.
Llanto
de neblina
Soledad
y silencio
Con
neblina y ventisca
Donde
quema el sol y no calienta
En
el paisaje, lluvia menudita
Eco
de mi corazón, de mi canción
El
brillo de la piedra humedecida
Refleja
la esperanza
Y
se nos va la luz
Hasta
donde no alcanza
Iluminar
la cumbre, aunque cercana
Fresca
como el roció de la mañana
Que
recoge su llanto en las cascadas
Para
que lleve el rio su mensaje
Con
notas cristalinas de su canta,
Cuando
pulsa las teclas de su cause
Con
sin igual destreza y no descansa
Al
recorrer caminos y parajes
Devuelve
a la tierra su bonanza
Y
cumple la misión más apreciada,
Regando
los sembrados de mí Patria.
Al cóndor
de los andes
Amo
tu libertad cóndor genuino
Y
tus ala abiertas que en la altura
Sostienen
clavada tu figura
En
el precioso firmamento andino
Te
posas en el risco alabastrino
Donde
luce tu bella vestidura
Después
de la faena que procura
Alimentar
tu cuerpo peregrino.
Que
el mismo Dios proteja tu destino
Y
nos haga meter en la moldura
De
propiciar el vuelo vespertino
Que
inicias con el aire matutino
En
las primeras horas de frescura
Con
tus alas de múltiples caminos.
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