MANUEL MUJICA
MILLÁN
EL ARQUITECTO DE
MÉRIDA
La estampa clásica
de Mujica, como todos llamaban a don Manuel, quedo en esta ciudad, como así
mismo en otras grandes ciudades para las cuales él proyectó e hizo obras de
particular importancia: La gran rampa de Barcelona de España, la restauración
definitiva del Panteón Nacional en Caracas y una Basílica de Lima cuyo
proyecto, ganado en concurso internacional, no fue nunca realizado.
En el corazón de
Mérida quedo afortunadamente inseparable don Manuel Mujica Millán: Catedral,
Gobernación y Universidad, valga decir, los centros de la vida religiosa,
política y educativa de esta ciudad que tiene el privilegio de sobresalir en la
Nación por sus méritos en esos y en otros campos, y a cuya alma sublime quedó el legado para siempre.
Con facilidad y
rapidez extraordinarias concebía y proyectaba Mujica sus obras grandiosas, a
las cuales daba singular robustez e inundaba de luz; así mismo fue el carácter
suyo: robusto y luminoso; como es inconfundible el estilo clásico de Mujica en
todas las obras suyas, e igualmente mantuvo con firmeza su manera inconfundible
de ser, de vivir y de pensar.
Sepultado lejos de
la Urbe que contribuyo a construir con fisonomía propia, ha de volver a ella,
para descansar, como corresponde por justicia, bajo el Altar Mayor del Templo
Metropolitano de Mérida que elevo al espacio como una perenne oración.
El arquitecto don
Manuel Mujica Millán nació en Victoria provincia de Álava, España, en 1897 y falleció
en Mérida en 1963.
Carlos Chalbaud
Zerpa.
“Crónica de la ciudad”.
Mérida 1980.
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