jueves, 23 de mayo de 2013

Un japonés de 80 años llegó a la cima del Everest

Un japonés de 80 años llegó a la cima del Everest

Yuichio Miura, que ascendió por la cara sureste de la montaña, la misma ruta que inauguraron los pioneros Edmund Hillary y Tenzing Norgay hace 60 años, tocó el pico más alto del mundo, a 8.848 metros, acompañado de su hijo.

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Yuichiro Miura es el de la derecha (Ap)
EL UNIVERSAL
jueves 23 de mayo de 2013  03:49 PM
Un alpinista japonés de 80 años se convirtió en la persona de más edad que alcanza la cima del Everest. Las cuatro operaciones de corazón a las que se sometió no han evitado que el hombre llegue a la cumbre más alta del mundo.

Yuichiro Miura, que ascendió por la cara sureste de la montaña, la misma ruta que inauguraron los pioneros Edmund Hillary y Tenzing Norgay hace 60 años, tocó la cima de 8.848 metros hacia las 0315 GMT. Le acompañaban otros tres escaladores japoneses, incluido su hijo, y seis serpas nepalíes.

"Es la mejor sensación del mundo", dijo desde la cumbre a través de teléfono satélite a sus familiares y simpatizantes reunidos en Tokio.

Miura, que escaló el Everest por primera vez en 2003 y repitió la gesta cinco años después, se ha convertido en el alpinista de mayor edad en alcanzar la cima y desbanca así al nepalí Min Bahadur Sherchan, que hizo cumbre a los 76 años en 2008.

"El récord no es lo más importante para mí", declaró Miura en abril a Reuters antes de partir hacia el Everest. "Lo importante es llegar a la cima", citó Reuters.

En vez de pasar la noche en el lugar habitualmente elegido por los escaladores, el Collado Sur, a 8.000 metros de altura, Miura prefirió descansar en el Balcón, a 8.500 metros, en la llamada "zona de la muerte", antes de lanzarse hacia el ascenso final, según reveló un funcionario del Ministerio de Turismo de Nepal, Gyanendra Shrestha.

Japón ha seguido muy de cerca el ascenso de Miura. Se han retransmitido diariamente sus llamadas de teléfono, así como fotografías de su escalada - incluyendo una en la que Miura y sus acompañantes aparecían bebiendo té verde japonés y comiendo sushi en su tienda de campaña apostada en la montaña.

Como destacado aventurero, en 1970 Miura descendió esquiando el Collado Sur del Everest, una hazaña que fue objeto de un documental. Desde entonces ha esquiado las montañas más altas del mundo del mundo, siguiendo el legado de su padre Keizo, que ya había descendido con sus esquís el Mont Blanc a los 99 años.

Miura se entrenó en Tokio para escalar el Everest haciendo senderismo con pesados lastres y utilizando una cinta para correr en una habitación de su casa con bajo nivel de oxígeno.

Cerca de 4.000 escaladores han alcanzado la cumbre del Everest desde la primera vez en 1953, aunque 240 han fallecido en el intento.

Miura no es el primero en establecer un récord relacionado con el Everest esta temporada.

Raha Moharrak se convirtió en la primera mujer de Arabia Saudí en conquistar la cima. Sudarshan Gautam, por su parte, un canadiense de 30 años nacido en Nepal que perdió sus dos brazos en un accidente, consiguió ser el primero doble amputado en llegar a la cumbre.

No obstante, puede que Miura tenga poco tiempo para saborear su récord. Min Bahadur Sherchan, ahora con 81 años, planea iniciar un nuevo ascenso el próximo fin de semana.  

martes, 21 de mayo de 2013

Tomado de Runrunes.Gracias a Ignacio Vinke.


A 60 años del primer Ascenso al Everest: ¡Mi Coloso de Rodas! por Ignacio Vinke @igvinke

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Las montañas. Gigantes nevados que nos observan desde arriba. Las hay pequeñas, inclinadas, imposibles. Las hay de arena, rocosas, terribles.
Creo que tienen vida. Creo que dan vida a muchos también.
Las vemos allí. Elevadas ante nosotros como colosos; dioses. Es inevitable imaginarse en su cima dominando el mundo.
El hombre es así, conquistador. El hecho de pensar que es difícil llegar a ellas las atrae al corazón. La idea de imitar a Zeus en el tope del Olimpo invade nuestra mente. Forman parte de nosotros.
Anibal fue el primero en aventurarse en ellas. Una estrategia militar inigualable que sorprendió al mismo  Zeus. Nunca había visto seres humanos aventurándose en sus dominios y debió, de un día para otro, observar elefantes ascendiendo indetenibles a través de picos helados. Según algunos, Anibal construyó hasta un túnel kilométrico para hacer paso una invencible pared de nieve que se oponía a su camino.
Muchos lo siguieron, conquistando poco a poco todas las cumbres que el hombre ha podido descubrir. El deseo se manifestó primero en un poeta italiano, Petrarca. Escaló uno de los gigantes Alpinos, relatando luego su travesía e inspirando a muchos como él. El Mont Blanc, El Popocatpl y Los Andes no se quedaron detrás, dando paso a la época dorada de las alturas.
Infinidad de alpinistas, sherpas, escaladores aficionados y turistas emprendieron la difícil tarea de ascender todos los picos existentes. Los admiro.
Ningún gigante se ha podido resistir. Bueno, casi ninguno.
Aquí es donde debería empezar a hablar de la montaña imposible. El último bastión que se aferra a su libertad. El indomable; el salvaje. Ojala supiera cuál es.
Al día de hoy existirán miles. Desde un pico nevado de Los Andes, al que nadie ha querido acceder, pasando por una montaña de 7459 metros en Pakistán, hecha de rocas y granizo, que no ha llamado suficiente la atención, al no tener una de las mayores 20 alturas de la tierra. Quizás sea la pequeña montaña que protege nuestra casa, o un tepuy inaccesible en medio de la selva.
Alguna hay; Alguna debe haber.
Quizás sea una minúscula isla de medio metro de altura y de superficie despreciable. Al fin y al cabo, es una montaña también.
“¿Serán estas las que me llaman la atención?”, Me pregunto a veces.
MOUNT EVEREST HEROES
Cuestiono el por qué resulta tan maravillosa la idea de ser el primero en alcanzar algo? En la historia del alpinismo llegó el día en que por primera vez fue conquistado un 8 mil. Luego Edmund Hillary y su fiel amigo sherpa lograron llegar a la cumbre del Everest un 29 de mayo de 1953. 60 años han pasado desde ese entonces. Todos buscaban conquistar su montaña especial; cada quién se identificaba con una y la escogía al igual que a una novia. Hillary y el Everest fueron una de las muchas parejas del momento. El K2, el Annapurna, El Mckinley, cada una tuvo su era.
Parecía que todo acababa ahí, pero sólo comenzaba. Infinidad de locuras siguieron. Ascender el Everest sin oxígeno, por el lado este, oeste, noroccidental, por adentro!
Ascenderlo a los 20 años, a los 40, tres veces en un año.
Ascenderlo con los ojos vendados, con la mano izquierda atada a la espalda, en invierno.
Me encanta esa forma de pensar del ser humano. Si realmente te lo propones lograrás ser el primero de alguna forma. “Puedo ser el primero en subir el Everest comiendo únicamente sushi en la ascensión”, pienso a veces riendo.
En fin, es nuestra naturaleza. Cada quién quiere destacar en algo, dejar su huella. Cada quien siente alivio al pensar que quizás quede en la memoria como el primer humano en haber gateado hasta el tope del K2 o cualquier locura parecida.
La idea de pasar al olvido y tener vidas completamente normales puede hacer miserable hasta el ser humano más dócil. He ahí la razón que cada quién busque una montaña, invento, cueva o mar que atravesar.
Y quién soy yo para criticarlo. Gracias a ello tenemos la electricidad, gracias a ello alguien, un día, construyó un avión.
Gracias a ello también, otra persona, triste de no poder ser el primero en construir un avión y volar, quiso ser el primero en ir al espacio.
El motor de la humanidad es la ambición de aquellos que buscan la forma de alcanzar su gigante; su montaña.
Somos así. Me incluyo en ellos.
Me hace feliz pensar que no descansaré hasta encontrar la forma de alcanzar la mía. Haya sido alcanzada antes o no.
¿Cuál es la tuya?

Caminata y Everest,participa.



                            Richard Hidalgo en el Everest

jueves, 16 de mayo de 2013

Muere en el Everest el alpinista ruso Alexéi Bolótov

Muere en el Everest el alpinista ruso Alexéi Bolótov

15 Mayo, 2013
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Moscú, 15 may (EFE).- El alpinista ruso Alexéi Bolótov murió hoy tras precipitarse al vacío mientras trataba de abrir una nueva ruta por la cara suroccidental del Everest, en Nepal, informó la Federación de Alpinismo de Rusia (FAR).

El escalador se precipitó al vacío cuando se rompió la cuerda que le sostenía, a una altura de 5.600 metros, aseguró a la agencia Interfax la portavoz de la FAR, Anna Stolbova. “Bolótov, junto a otro conocido alpinista de Kazajistán, Denís Urubko, trataban de abrir una nueva ruta por el centro de la pared suroccidental del Everest. Esa ruta no la había hecho nunca nadie”, precisó Stolbova.
Urubko mandó un mensaje la página web mountain.ru sobre el accidente que sufrió su compañero: “No sé cómo escribir esto. Alexéi Bolótov realizaba un descenso con cuerda. La cuerda se rompió tras desgastarse en un saliente de roca afilado. Bolótov cayó a una profundidad de 300 metros. Su muerte fue instantánea”.
El escalador ruso, de 50 años, era uno de los más reconocidos en el mundo del alpinismo tras conseguir dos Piolet de Oro, el máximo galardón internacional en este deporte de riesgo que otorga un jurado francés desde 1991: por el primer ascenso a la cara oeste del Makalu (1998) y el primer ascenso a la cara norte del Jannu (2004).
Casado y con dos hijos, había coronado once de las catorce cimas del mundo con más de 8.000 metros de altura.
Participó, junto a Urubko, en el infructuoso intento de rescate de Iñaki Ochoa de Olza en el Annapurna en mayo de 2008, después de que el alpinista español cayera enfermo a 7.400 metros de altura para morir agotado cinco días más tarde.EFE