domingo, 31 de enero de 2016

A Mérida le canto

A mi grato amigo Martin Morales,por los sueños que pintas.





A Mérida le canto
Hoy le quiero cantar
 A la ciudad altiva y señorial
Que vive vigilada sin cesar
Por cumbres de infinita majestad.

Duerme el “Indio” hacia el norte,
Mirando para siempre el infinito
Lejos de su consorte
Con corazón contrito.

La orgullosa natura
Con sus manos maestras
Petrificar procura
Imágenes perfectas.
Lo hace con soltura
 Al borde de sus cuestas
 Para dejar en estas,
La esencia que procura.

El turista que viene
Con su alma cansada
Disfruta y se detiene
En la dicha encontrada.

Con el viento se mueve
El tul de la neblina
Brindando a nuestra mente
La gloria más divina.
Desborda la alegría
Y belleza espectral
En esta urbe mía
De encanto celestial.

Frailejon



Frailejón
Frailejón tan dichoso
 Que vives apacible y silencioso
Entre viento y neblina
Donde el sol, más cercano,
Sin que caliente quema.

Rocas que sudan
Lluvia menudita
Parajes de belleza sin igual,
Que traslada a su lienzo el buen pintor,
Musicaliza el compositor
Con notas atrayentes e ingeniosas,
Como hace el escritor en esas prosas
Nacidas de su entraña de cristal,
Que alejan nuestro ser de todo mal
Cuando nuestro sentir las interpreta
Y como logra el alma del poeta
Mostrar la esencia de la poesía
En ese mundo ayuno de falsía
Que ilumina la vida cual saeta
Frailejón y silencioso
Relicarios de tiempo y de distancia
En tu lecho de tierra humedecida
De grandes esperanzas
Se despeja la mente
Y pareciera ser inexistente
El ruido libertino
De la tierra que avanza.

Quisiera radicarme en ese ambiente
De paz y bienestar tan infinito
Y disfrutar de todo lo bonito
Que nos brinda tu mundo diferente

Tu semblante, que luce algodonoso
Del color de la nieve alabastrina,
Se adorna con el tul de la neblina
Que vigila tu sueño y tu reposo.
Luces muy bien aquí donde te encuentras;
Te prefiero en tu tierra,calladito
Y que te bajen, nunca lo consientas
Porque en ese paraje tan bonito
Yo me siento feliz y te recreas
Mirando por doquier el infinito.

Mérida Venezuela



Mérida Venezuela
Cuando diviso a mí alrededor
Tanta belleza junta, sin medida,
Se proyectan el ansia de mi vida
Y se llena de dicha mi interior.

Jamás pude encontrar algo mejor
Y que tanto animara mi existencia,
Como lo que disfruto en tu presencia,
Porque todo lo tuyo es un primor.

Permíteme que sea tu adorador
Y que siga viviendo con amor
En tu ambiente de gloria y excelencia.

Porque de mi jardín, eres la flor
Y le das a mui ser el esplendor
De vida celestial y permanencia.

Llanto de neblina
Soledad y silencio
Con neblina y ventisca
Donde quema el sol y no calienta

En el paisaje, lluvia menudita
Eco de mi corazón, de mi canción
El brillo de la piedra humedecida
Refleja la esperanza
Y se nos va la luz
Hasta donde no alcanza

Iluminar la cumbre, aunque cercana
Fresca como el roció de la mañana
Que recoge su llanto en las cascadas
Para que lleve el rio su mensaje
Con notas cristalinas de su canta,
Cuando pulsa las teclas de su cause
Con sin igual destreza y no descansa

Al recorrer caminos y parajes
Devuelve a la tierra su bonanza
Y cumple la misión más apreciada,
Regando los sembrados de mí Patria.

Al cóndor de los andes
Amo tu libertad cóndor genuino
Y tus ala abiertas que en la altura
Sostienen clavada tu figura
En el precioso firmamento andino

Te posas en el risco alabastrino
Donde luce tu bella vestidura
Después de la faena que procura
Alimentar tu cuerpo peregrino.

Que el mismo Dios proteja tu destino
Y nos haga meter en la moldura
De propiciar el vuelo vespertino

Que inicias con el aire matutino
En las primeras horas de frescura
Con tus alas de múltiples caminos.