martes, 27 de septiembre de 2011

El heroe volvio a la cmbre

EL HÉROE VOLVIÓ A LA CUMBRE

Dr. Carlos Chalbaud Zerpa.

Visitado por el rayo, como Júpiter en el Monte Olimpo, el busto del Libertador en la cumbre del Pico Bolívar había sufrido durante tres décadas, los efectos de las descargas eléctricas ocasionales y de la constante meteorización producida por los factores atmosféricos, tales como el hielo, las grandes oscilaciones de temperatura y los agentes químicos que oxidan, hidratan y forman carbonatos en el cobre.
En una visita hecha por el autor de esta Historia al Pico Bolívar en 1984, pudo comprobar que el metal de la escultura, cobre puro y no bronce, -ya que fue hecha por el sistema electrolítico -presentaba signos preocupantes de fatiga en su estructura, orificios causados por descargas eléctricas y pérdidas de pequeños trozos. La cabeza estaba semi desprendida, como si alguien la hubiese quitado para registrar en su interior, y la base del pedestal despegada.
Era, pues, necesario descenderlo de la cumbre cuidadosamente y ponerlo en manos de un experto restaurador, el maestro fundidor Martín González, para someterlo a un baño interno de cobre batido y a una refacción y moldeo exterior en las partes deterioradas, para garantizar su perennidad.

Previo consentimiento del presidente del Ayuntamiento y del Cronista de la Ciudad y con el apoyo material de la Dirección Estatal de Turismo, por iniciativa de quien esto escribe, los jóvenes Carlos Reyes Corredor, Jesús Farías y Edgard Toro, del grupo de andinismo “Cóndor”, realizaron el sábado 5 de mayo de 1984 la operación de subir a la cumbre, desarmar el busto y bajarlo a Mérida en el lapso de seis horas, gracias a las facilidades prestadas por el Teleférico y a la técnica y capacidad de los andinistas del presente.
El día siguiente, treparon a la cúspide, por la ruta de Bourgoin, el mismo Carlos Reyes, Jaime Bautista y este cronista, con el fin de estudiar la vía trazada por el Dr. Blumenthal en 1922 y admirar la cumbre tal como lo hicieron los primeros conquistadores: sin el monumento en ella. Ese día, Carlos Reyes se anotaba su 96 ascenso a la cima.
En la segunda semana del mes de abril el busto fue sometido a un cuidadoso examen y luego trasladado al taller de fundición del Sr. González en Valle Grande, donde comenzó el meticuloso y lento proceso de restauración.
También se decidió que, para colocarlo de nuevo en la cima era conveniente esperar el quincuagésimo aniversario de la conquista del Pico Bolívar por Bourgoin y Peña en 1935, cuando sería nuevamente instalado en su pedestal natural el día 19 de abril de 1985, por un grupo de montañistas que harían el trayecto a pie desde Mérida, con la escultura a cuestas, sin utilizar el Teleférico ni animales de carga, y a quienes acompañaría el autor de esta crónica.


Exactamente a los 34 años de la fecha memorable en la cual el busto había sido colocado inicialmente en la cumbre, los andinistas merideños repitieron el acontecimiento. El busto fue llevado a hombros desde Mérida a la cima, habiendo partido la expedición el día 17 de abril de 1985 desde la Plaza Bolívar, donde entre otras personas estuvieron presentes, para darles la despedida, el Gobernador Dr. William Dávila Barrios y el Cronista de la Ciudad, Licdo. Pbro. Eccio Rojo Paredes.
El día 18, guiado por la mano experta del andinista Jaime Bautista, el Obispo Auxiliar de Mérida, Dr. Baltazar Porras, holló la cima, la bendijo y ofició la Santa Misa.

El día siguiente, después de mediodía, coronaron la cumbre, con el busto sobre las espaldas, los andinistas Edgard Toro, Jesús Farías y Oswaldo Rodríguez, encabezados por Carlos Reyes y este cronista, quienes siguieron la ruta de Weiss.
Inmediatamente se comenzó a fijar el busto sólidamente sobre el pedestal de cemento previamente construido.
De la expedición formaron parte también y llevaron sobre sus hombros el busto por turnos, en el trayecto que duró tres días, Francisco Ferray, Rafael Suescún, Jesús Rojas, Hilman Méndez, Argenis Marquina, Hebert Camacho e Iván Zerpa del Grupo de Rescate “Enrique Bourgoin”; Nerio Balza, Francisco Peña, Antonio Prieto y Carlos Bannemberg, del Grupo Andino de Rescate; Neudy Monsalve y Emilio Sánchez, del Grupo “Cumbre” de Andinismo; Argenis Toro y Luis Peña, del Grupo Excursionista “Los Nevados”; Ramón Parra y Omar Salazar (ingeniero que construyó el pedestal), del Grupo de Andinismo “Cóndor”; César Pernalete, del Grupo de Andinismo de la Universidad de Los Andes; y Carlos Chalbaud Morillo y Miguel Jelambi, del Club Andino Venezolano.

A las 2 de la tarde, en medio de un día esplendoroso, en el Año Internacional de la Juventud, las delicadas manos de las andinistas merideñas Dora Paredes de Ferray y Rosa Reyes Corredor develaron el busto del Libertador.
El acto de la reinstalación del encumbrado monumento fue transmitido directamente desde la cúspide, por medio de un aparato especial de largo alcance, a la emisora merideña Radio Universidad, gracias al interés del director de la misma, Licdo. Enrique Orángel Dubuc y a las gestiones de la seccional de Defensa Civil. En la cima, además de los andinistas mencionados, se dieron cita otros montañistas que aquel día, para presenciar el hecho histórico, realizaron el escalamiento del Pico Bolívar por otras rutas diferentes como las del Flanco Norte, el Flanco Este, la Cresta Bourgoin y la directísima de la Pared Sur.

En esta forma, después de una ausencia de casi un año, el Héroe volvió a la cima.
Tomado del libro “La Sierra Nevada de Mérida”. Capitulo 26.Con permiso del autor

jueves, 22 de septiembre de 2011

Muy de mañanita

Muy de mañanita
Gabriel Picón Febres

Muy de mañanita
Después de las cuatro.

Las rosas del alba
Perfuman los campos
Y mientras del fondo
Del valle cercano,
Las aguas recorren
La escala del canto,
La sombra que muere
Despeja el espacio;
Y arriba en la cumbre
Del monte más alto
La tierra conjuga
Cubierta de blanco,
las fiestas de  nieve,
las glorias del páramo.

Muy de mañanita,
Después de las cuatro.













miércoles, 21 de septiembre de 2011

Bolívar en la cumbre de Los Andes

BOLÍVAR EN LA CUMBRE DE LOS ANDES
Carlos Chalbaud Zerpa
El día 13 de abril de 1951, la Junta Pro-Monumento, representada por el Dr. Bourgoin, el Dr. Quintero Delgado y el Dr. Uzcátegui Burguera, entregó formalmente el busto a los miembros de los Centros Excursionistas de Mérida y Caracas. Por el Centro Excursionista de Mérida asumió la responsabilidad el Dr. Santiago Guerrero; y Carlos Lacruz Bravo, perteneciente también al centro de Mérida, lo hizo por el de Caracas, ya que este último no envió representante.
Del documento, en papel pergamino, se hicieron cuatro ejemplares: una copia para ser introducida dentro del busto, otra quedó en manos del presidente de la junta, y dos más para los representantes de los centros excursionistas nombrados. El documento dice textualmente lo siguiente:
“Nosotros, Drs. Enrique Bourgoin, como Presidente de la Junta Pro-Monumento al Libertador en el Pico Bolívar, Antonio José Uzcátegui y Carlos Quintero Delgado, miembros de ella, hemos resuelto entregar a los Centros Excursionistas de Mérida y Caracas el busto del Libertador construido por el sistema electrolítico para esta Junta por el artista Marcos León Mariño, a fin de que ellos le coloquen en el sitio elegido para su pedestal: la cima del Pico Bolívar; llevándolo por la ruta del Glaciar de “El Timoncito” y dejándolo convenientemente colocado. Y nosotros, representantes de dichos Centros, que también firmamos este documento, nos comprometemos formalmente a realizar la colocación del bronce que honrosamente ha puesto a nuestro patriótico cuidado la Junta Pro-Monumento al Libertador en el Pico Bolívar. Mérida, trece de abril de mil novecientos cincuenta y uno. Dr. Enrique Bourgoin, Dr. A. J. Uzcátegui Burguera, Dr. Carlos Quintero Delgado, Dr. Rodolfo Santiago G., y Carlos Lacruz”.
En la madrugada del sábado 14, marcharon hacia el Pico Bolívar con el busto a lomo de mala, los primeros integrantes de la expedición; J.G. Hernández Pieretti, J.V. Carrillo, Darío Castillo, José Antonio Chalbaud y Carlos Lacruz. A ellos se agregaron los italianos Franco Anzil y Giovanni Vergani. Hicieron la penosa y larga jornada, hasta el Glaciar del Timoncito, en el mismo día. Domingo Peña y su hijo Lucio cargaron sobre sus espaldas las dos partes del monumento, cabeza y tronco, desde el Alto del Páramo de la Media Luna hasta la base del Pico Bolívar. Al día siguiente partió otro grupo de excursionistas, compuesto por Rodolfo Santiago y su esposa Julia Elena, Gabriel Jelambi y Leopoldo Carrillo. Jelambi y Carrillo equipararon a sus compañeros, llegando el mismo día a Timoncito, mientras que el Dr. Santiago, su esposa y el alpinista Vinci, que se había agregado a la expedición, decidieron acampar a mitad de camino, en el Alto donde pernoctaron.
Posteriormente, el día 17, llegaron al glaciar los delegados de las Fuerzas Armadas, maltrechos por una copiosa nevada que les ocasionó enfriamiento y mal de las alturas; ellos eran el subteniente Pablo Suárez, el distinguido Teodoro Mora y el soldado Desiderio Escalona, del Batallón Miranda acantonado en Mérida, el sargento técnico de aviación Díaz Mendoza y los cabos Ramón García y J. M. Dugarte de la Guardia Nacional.
El mismo día fue trasladado el busto a la cima, con muchas dificultades, por un grupo de nueve andinistas, donde se distinguieron por su fortaleza y decisión Hernández Pieretti, Anzil y Vergani, quienes fijaron el monumento a la arista terminal en medio de una granizada acompañada de fuerte viento.
El jueves 19 de abril, azotados por la cellisca provocada por el mal tiempo hicieron acto de presencia también en la cumbre los esposos Santiago y el alpinista Vinci.
A las 11 de la mañana, la señora Julia Elena descorrió el pabellón nacional que velaba el monumento.
Tomado del libro "La Sierra Nevada de Mérida". con permiso del autor

sábado, 17 de septiembre de 2011

"Parque Nacional Sierra Nevada"


 Decreto de Creación
Parque Nacional “Sierra Nevada”
ESTADOS UNIDOS DE VENEZUELA
JUNTA DE GOBIERNO
DECRETO Nº 398 DE 2 DE MAYO DE 1952



Gaceta Oficial Nº 23.821 de 2 de mayo de 1952.
En uso de las facultades que tiene por el Acta de constitución del Gobierno Provisorio de fecha 24 de noviembre de 1948, modificada por Acta de 27 de noviembre de 1950, y en ejercicio de la facultad que al Ejecutivo Federal confiere el Artículo 14 de la Ley Forestal y de Aguas, en Consejo de Ministros;

Considerando
Que conforme a los principios incorporados en la Constitución para la Protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los Países de América, ratificada por el Ejecutivo Federal el 9 de octubre de 1941, corresponde a las naciones signatarias declarar Parques Nacionales las regiones que reúnan mayor número de condiciones naturales favorables;
Considerando
Que con la creación de los referidos parques, se atiende a la preservación permanente de las aguas y de la flora y fauna autóctonas; a la formación de centros de interés para estudios científicos y de investigación, así como para el fomento del turismo y (...)
Considerando
Que la zona de Sierra Nevada de Mérida presenta las características requeridas para el establecimiento de un Parque Nacional;
Decreta:
Artículo 1. Se declara “Parque Nacional de la Sierra Nevada” el área que rodea el Pico Bolívar en una extensión aproximada de ciento noventa mil hectáreas, la cual está ubicada parcialmente en los Distritos Rangel, Libertador y Campo Elías del Estado Mérida, y Bolívar del Estado Barinas y comprendida dentro de los siguientes linderos:

Límite Norte: Valle del río Chama. Partiendo de la confluencia del río de Nuestra Señora o río Negro con el río Chama en La González, se continúa por la margen izquierda del río Chama hasta Ejido; de aquí se sigue por la quebrada que baja de El Plan, hasta las cercanías del caserío de ese nombre en el camino del Páramo de El Morro, de este punto se continúa por la curva de nivel de 2300 metros, límite aproximado de la selva nublada. Este lindero pasa sensiblemente al sur de Mérida por la Casita Blanca, continuándose hasta su encuentro con la quebrada Mucuy, que desemboca en el Chama frente a Tabay; de este punto se sigue por la quebrada Mucuy, hasta el Alto de Los Morros, al Sur de Mucurubá, de aquí se continúa hasta encontrar el río Chama, aguas arriba del pueblo, se sigue por el río Chama hasta su confluencia con la quebrada Mucuchache continuando por está quebrada, pasando por el caserío del mismo nombre, hasta encontrar el cerro divisorio de la cuenca de la Mucuchache y de la laguna de Mucubají.

Límite Este: Valle del Río Santo Domingo. De la Laguna de Mucubají se sigue al Páramo de Santo Domingo, incluyendo la Laguna; se continúa por el Río Santo Domingo hasta la altura del pueblo del mismo nombre; de aquí se sigue por la cuesta derecha de la quebrada de la Piedra Molar a unos 2.200 metros de altitud, continuando por la curva de nivel de 2.300 metros hasta encontrar el primer afluente de la izquierda del río Pagüey. Se sigue por el río Pagüey hasta los 600 metros de altitud continuando por la curva de nivel de 600 metros hacia el Oeste.

Límite Sur: Vertiente de Barinas. Se sigue por la curva de nivel de 600 metros, cruzando el río Curvatí y el río Canaguá por encima de los cultivos del caserío El Carrizal, hasta encontrar el cauce del río Ticoporo.

Límite Sur – Oeste: Se continúa por el cauce del río Ticoporo, aguas arriba, hasta encontrar el último afluente de la derecha; se sigue por este afluente hasta el alto del Páramo del Trigal al Este de la cabecera del Valle de Nuestra Señora del Páramo del Trigal se continúa hasta la cabecera del río de Nuestra Señora, continuando por este río pasando por Los Nevados y El Morro hasta llegar a su confluencia con el río Chama en las Gonzáles, punto de partida.
Se dejan a salvo las áreas ocupadas por las poblaciones denominadas El Morro y Los Nevados, las cuales se encuentran establecidas dentro del perímetro anteriormente descrito, así como también cualesquiera otros caseríos y poblaciones que se hallaren inmediatos a los linderos generales del Parque, hasta una distancia no menor de doscientos metros en todo el contorno de las referidas poblaciones y caseríos en ambos casos.
Artículo 2. El Ejecutivo Federal procederá a continuar la materialización de los linderos de Parque y a demarcar las áreas comprendidas dentro de éste que deberá adquirir la Nación; construirá la carretera de penetración hasta la Laguna Negra y la que una a Mérida con la zona de los Picos Nevados; y establecerá un Hotel de Turismo dentro del Parque o en sus proximidades.
Artículo 3. Los Ministros de Fomento, de Obras Públicas y de Agricultura y Cría quedan encargados de la ejecución del presente Decreto. Dado, firmado, sellado y refrendado en el Palacio de Miraflores en Caracas, a los dos días del mes de mayo de mil novecientos cincuenta y dos. Año 143º de la Independencia y 94º de la Federación.
(L.S.)
G. SUAREZ FLAMERICH
MARCOS PEREZ JIMÉNEZ
LUIS F. LLOVERA PAEZ
 

martes, 13 de septiembre de 2011

George Herbert Leigh Mallory

“Because it's there”

Cierta vez preguntaron a George Herbert Leigh Mallory, uno de los héroes del Everest, cual era el motivo por el que trepaba a la montaña; y él respondió: “Porque está allí….”
Algunos cuerpos han merecido el honor de ser buscados y rescatados. George Herbert Leigh Mallory  fue un escalador y montañero británico que tomó parte en las tres primeras expediciones que intentaron escalar el Everest (1921, 1922 y 1924). En el último intento, desapareció junto con su compañero de cordada, Andrew Irvine, a más de 8000 metros en la cara noreste de la montaña. Aún hoy persiste la duda sobre si consiguieron hacer cumbre, en cuyo caso se habrían adelantado en 29 años al primer ascenso oficial: el de Edmund Hillary y Tenzing Norgay en 1953. El cuerpo de Mallory fue encontrado en 1999, 75 años después de su desaparición, gracias a una expedición dirigida por Eric Simonson que pretendía dar respuesta a esta gran incógnita del himalayismo.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Bolívar en la cumbre de Los Andes

Dr. Carlos Chalbaud Zerpa
Los miembros de la Junta Pro-Monumento al Libertador en el Pico Bolívar, constituida en febrero de 1931, se proponían conquistar la cumbre para levantar en esta máxima altura un busto al Padre de la Patria. La junta consiguió en Enrique Bourgoin un hombre tenaz y afortunado, porque ya en 1922 Moritz Blumenthal había estado a un palmo de la cumbre, y en 1931 los alpinistas Luthy y Smith llegaron también muy cerca.
La suerte de Bourgoin consistió, precisamente, en que los alpinistas suizos e ingleses se enfrentaron a factores extrínsecos en la montaña que los hicieron desistir.
Pero más que un sentimiento deportivo andinista reiterado, en Bourgoin lo que privaba ante todo era un fijo espíritu patriótico y una pertinacia por hollar la cumbre. De los doce miembros que inicialmente constituyeron la junta, apenas el Dr. Rodolfo Santiago G. Bourgoin persistió hasta 1935, y cuando coronó la montaña como Jefe de la Expedición logró su objetivo. Pero más nunca volvió a la Sierra Nevada.
A instancias del propio Bourgoin, el pintor y escultor Marcos León Mariño construyó, en 1933, un busto en cobre por el sistema de la galvanoplastia, que a pesar de su gran tamaño era lo suficientemente liviano para llevarlo, dividido en dos partes, a hombros hasta la cumbre de la montaña. El busto era hueco, medía un metro de alto y pesaba unos treinta kilos. La cabeza, elaborada con mucho detalle, copiaba magníficamente las facciones de Bolívar idealizado: frente de fruncido ceño y actitud majestuosa; tórax, con uniforme bordado en hojas de laurel; sobre el hombro izquierdo los flecos de la charretera y, sobre el derecho, la capa.

En la base llevaría una placa en bronce, con la siguiente inscripción: “Libertador: la cumbre más alta de Los Andes, es aún pequeño pedestal para tu Gloria”, dictada por el escritor merideño Eloi Chalbaud Cardona.
El proyecto de colocar el busto en la cima se vino enfriando; y éste permaneció por casi veinte años, en sitio de honor, en el salón principal de la casa de habitación del Dr. Bourgoin.
En el año de 1950, la idea de llevar la escultura a la cumbre había cobrado de nuevo vida. Los excursionistas merideños se propusieron ponerla en el pináculo de Venezuela el mismo día que fuese reinaugurada la estatua de El Libertador Simón Bolívar en la Avenida de las Americas en Nueva York, y trabajaron tezoneramente para lograr los fondos necesarios para la empresa. Meritoria labor realizó, con tal fin, en Caracas, el Dr. Rodolfo Santiago Guerrero.
El sonado "reto de Vinci", que había introducido innovaciones técnicas y otra mentalidad en la Sierra Nevada de Mérida, estimuló las expediciones aquel año de 1951. El 16 de febrero, a los pocos días del escalamiento del Flanco Norte por Vinci, el Dr. Luis Ruiz Terán, acompañado del estudiante Gabriel Jelambi y del guía Domingo Peña, hizo un recorrido interesante por dicho flanco del Pico Bolívar; también en febrero estuvieron en el glaciar Timoncito el Sr. Mikuski con su esposa; y en la Semana Santa de aquel año, el autor de esta Historia intentó escalar la cumbre por la ruta de Weiss en compañía de los estudiantes Miguel Febres, Hugo Parra Febres, Roberto Velazco, Rubén Ardila y Luis Sánchez. Sánchez y quien esto escribe se desviaron en la roca del Miradero hacia la izquierda y coronaron y bautizaron el picacho allí existente con el nombre de “La Salle”. Les sirvió de guía Domingo Peña.
Tomado del libro “La Sierra Nevada de Mérida”. Capitulo 26. Segunda parte. Con permiso del autor.

Bolívar en la cumbre de Los Andes

Dr. Carlos Chalbaud Zerpa

Mérida se ha distinguido siempre como ciudad bolivariana, si por “bolivarianismo” entendemos un culto fervoroso que permita imitar las virtudes del Héroe e interpretar sus pensamientos.

En mayo de 1813, cuando el general Simón Bolívar entró en ella con un menguado ejército victorioso, procedente de Nueva Granada y rumbo a Caracas, lo aclamó como su Libertador.

En 1842 le fue erigida una columna recordatorio, primer monumento que se le elevaba en el mundo. En 1927, en el punto culminante de la Gran Carretera Trasandina, en el Alto del Páramo de Mucuchíes se le levantó otro monumento, consistente en un cóndor broncíneo que sostiene entre el pico y las garras un medallón con su efigie; y el 19 de abril de 1951, la juventud andinista colocará su busto, en tamaño heroico, en la cima de la montaña nevada que lleva su nombre, en la cordillera venezolana.

De tal manera que, mientras en la capital de la República, sede del gobierno, Bolívar será en repetidas ocasiones “pretexto para justificar situaciones circunstanciales, subterfugio para distraer al pueblo, y venero inagotable de diplomáticos y políticos para medrar a la sombra de su indiscutible gloria”, los merideños reivindicarán su nombre y conferirán a la ciudad edificada en las faldas de la Sierra, un lustre bolivariano, empañado o inexistente en otras poblaciones por el miope encono que otrora existió hasta de sus mismos conterráneos; y transmitirán a la posteridad las hazañas, las anécdotas y las leyendas de Bolívar, como si fuera un Mio Cid redivivo, nacido al pie de la montaña.

Bolívar pertenecerá entonces al patrimonio espiritual de Mérida, no como un adorno en una plaza o para compararlo a gobernantes circunstanciales e intrascendentes, sino como un ilustre paisano, intangible, fabuloso y fantástico; y las generaciones posteriores sentirán su presencia en la Casa Consistorial capitalina, en el viejo caserón de Moconoque y en el Páramo de Mucuchíes. Más tarde, bautizarán con su nombre la más empinada montaña de la orografía nacional, en cuya cúspide erigirán el bronce que perpetuará su fama; y en bellísimo edificio, que se llamará precisamente la “Biblioteca Bolivariana”, recogerán sus escritos, sus recuerdos y los libros sobre su vida y su obra, con la finalidad de seguir su ejemplo y aplicar sus enseñanzas.
Tomado del libro “La Sierra Nevada de Mérida”. Capitulo 26. Primera parte. Con permiso del autor.