viernes, 28 de octubre de 2022

MEMORIAS DE AGUSTÍN CODAZZI

 

MEMORIAS DE AGUSTÍN CODAZZI

Editadas en su original italiano por Mario Longhena y traducidas al castellano por Andrés Soriano Lleras y Fr. Alberto Lee López

CAPITULO II

Parte I

Regresa a América - 24 de mayo de 1826 - Comandante de artillería - Jefe de Estado Mayor - Se ocupa en la geografía estadística y en el Atlas de Venezuela - A París. 1826-1841

 Hessel Gerritsz (1581-1632), Terra Firma item Nuevo Reyno de Granada atque Popayan, Leiden, 1625-30. Archivo General de la Nación, Bogotá, Colombia, Sección Mapas y Planos, Mapoteca 4, REF.X-63
Hacía cuatro años que estaba ausente de Venezuela, y estos años, como los anteriores, no habían sido escasos de acontecimientos notables para la ahora constituida República. Al General Morillo, mandado de España en 1815, había sucedido Latorre y a éste Morales, el cual, mientras Bolívar actuaba en el Ecuador y el Perú, tuvo algún pequeño éxito, rápidamente anulado por la habilidad de Páez en tierra y de Padilla por mar. La caída de Puerto Cabello (8 de noviembre de 1823), último puerto ocupado por España, dejó libre a todo Venezuela. Colombia o la Nueva Granada, desde 1821 tenía una Constitución unitaria y desde noviembre del mismo año tenía como Presidente a Bolívar, quien en 1822, había librado por medio de Sucre al Ecuador, inducía a este a unirse a Venezuela y a la Nueva Granada: estos tres países por algún tiempo tomaron el nombre de Colombia. En 1823 y 1824 Bolívar, dominadas las discordias internas y vencidos los españoles en Junín, entra a Quito. La batalla de Ayacucho ganada por Sucre -batalla llamada el Waterloo de España- el 9 de diciembre de 1824, agregaba también el Alto Perú -la actual Bolivia-; de modo que Bolívar podía también proclamarse Presidente de ella. En 1826 caía el Puerto de Callao y terminaba completamente la guerra de independencia. Tres grandes naciones, Colombia, que más tarde se dividirá en las tres Repúblicas del Ecuador, Nueva Granada o Colombia y Venezuela, el Perú y Bolivia estaban bajo el mando del mismo hombre, de Bolívar, a quien se le había dado el título de Libertador, a quien se dirigían todas las alabanzas, comparándolo con Jorge Washington y con los mayores libertadores de los pueblos. Pero Bolívar ambicionaba más: aspiraba a que también Chile y el Estado de Buenos Aires adhirieran al nuevo Estado; soñaba con una gran federación de Estados que tuviera en Panamá su Congreso, el cual debía regular la vida de la misma en los momentos más graves; soñaba en algo que ni siquiera hoy es realidad y que quizá nunca podrá llegar a serlo, porque los intereses de todos estos grandes Estados de la América Meridional no concuerdan y por consiguiente su política se manifiesta diversa y opuesta. Sin embargo, él trató de reunir en Panamá una asamblea de los diversos Estados: convocados en 1824 sólo en el 26 pudieron reunirse en Panamá, pero sólo 4 Estados se hicieron presentes allí: el sueño del gran Libertador se demostraba irrealizable. En este punto se encontraban las cosas, cuando el 24 de mayo de 1826 arribó Codazzi: esperaba poder emplearse inmediatamente, pero esto no era fácil. Cartagena se había convertido en una ciudad de activo comercio y por consiguiente inadecuada para proporcionarle una ocupación que correspondiera a sus capacidades. El Almirante de Clemente, Ministro de Marina, y ya conocido suyo, lo persuade que lo acompañe a Bogotá, pero tampoco allí obtienen del Vicepresidente Santander ni seguridad ni aliento para sus esperanzas: las semanas, -dice Manrique, el traductor de Schumacher- pasaban "entre arreglos, promesas y halagüeñas palabras". Pero una casualidad, un hecho imprevisto, el regreso de Bolívar y su encuentro con Santander y con de Clemente, en cuyo séquito estaba Codazzi, le hace recobrar la esperanza. Bolívar, a solicitud de Clemente, lo hace colocar entre los oficiales 7 extranjeros. Su buena estrella está para surgir: y quizá la estimación que todavía le tenían las personas que algunos años antes lo habían visto en acción, les habían impulsado a expresarse honrosamente de él con Bolívar. También en esta ocasión, como en la anterior, Codazzi se ve con Bolívar: en el primer encuentro era un libre combatiente que, en: el séquito de Aury, su jefe, se acercaba al hombre más famoso de aquella tierra; ahora es aquel que, más rico en experiencia, solicita un empleo: pero él es consciente de su valer: sabe que, si es aceptado, llegará a algo, y quizá tiene en mente el plan que las circunstancias favorecerán y que los hombres obstaculizarán acá y allá. Más tarde, veinte años después, recordando este encuentro, exclamará: "Nunca podré olvidar la impresión que me causó aquel espectáculo". Circunstancias favorables ayudan desde el principio a Codazzi; es más, lo conducen a la actividad que quizá él soñaba. La ausencia de Bolívar por razones de guerra había favorecido en Venezuela el nacimiento de discordias provocadas, ya por sus subalternos quienes ahora no aceptaban de buen grado su autoridad un poco severa, ya por la persistencia aquí y allá de pequeños focos monárquicos a los que España, constreñida ahora a la guerrilla corsaria que algunos años atrás era practicada por los "Insurgentes", proveía continuamente de auxilios y armas. 

 Joaquín Francisco Fidalgo, Quarta hoja que comprende las Costas de la provincia del Cartagena, Golfo del Darien y Provincia de Portovelo, con el Golfo de Panamá y Archipielago de las Perlas, Madrid Dirección de Hidrografía, 1817, 41 x 88 cm. Facilitado por: Casa Tierra Firme / Bolívar Old Prints

Fácilmente pudo Bolívar impedir la guerra civil, pero tuvo que atender a la fortificación de las costas. La Provincia del Zulia era la más expuesta a un posible desembarco de tropas españolas y Maracaibo, donde vivían gentes variadas en mezcolanza de dudosa tranquilidad, era la ciudad que podía ser rápidamente ocupada. El General José María Carreño fue nombrado Jefe de esta Provincia indefensa; Codazzi fue agregado como Jefe de Artillería. En el nombramiento quedó incluido el reconocimiento del servicio prestado precedentemente por Codazzi, y hasta los años de ausencia se le consideraron como licencia. No hubiera podido obtener mejores condiciones: era el 10 de enero de 1827. En aquella ocasión se le dio además una condecoración, la dé la orden de los Libertadores, que le permitió ser admitido en el estrecho círculo de personas que quizá disimulaba bajo un manto patriótico "el creciente militarismo". Habiendo tomado posesión del cargo Codazzi vio, como hombre práctico de los lugares y experto de la guerra que se combatía en aquellas tierras, que para defender a la capital de Maracaibo era necesario fortificarla por la parte de tierra, esto es hacia la península de la Guajira, por donde más fácilmente podía venir un ataque de parte de los enemigos de la nueva república. La orden para tal labor le fue dada el 15 de febrero de 1828, y en seguida puso manos a la obra, explorando primero la isla de San Carlos que surge en el golfo de Maracaibo toda cubierta de extensos bosques de mangle (1) y después el río Socuy que desemboca cerca y está formado por otros varios cursos de agua y forma numerosas lagunas cerca de la desembocadura. En una pequeña barca cañonera Codazzi recorrió toda aquella zona, de tierras atravesadas por aguas corrientes u ocupadas 'por aguas estancadas, unas veces pedregosas y desnudas, otras cubiertas de una vegetación maravillosa; y el fruto de sus exploraciones fueron mapas detallados en los que no sólo aparecía la maraña de los ríos y el entrelazamiento de las diversas vías acuáticas, sino que se veían los senderos trazados por los indios y los lugares que podían servir de sitio de ataque (2). Desde este momento se puede decir que toma forma precisa una actividad que ya varias veces se había manifestado en él, pero que no había todavía determinado la dirección de su vida. Aquí, en la exploración de la pequeña zona y en su representación simbólica, se afirma la inclinación de Codazzi a ser geógrafo y cartógrafo. Una segunda ocasión, que le proporciona el modo de darse a conocer como hábil para explorar tierras ignotas y para representarlas, se le ofreció en seguida, en cuanto regresa a la vida monótona de Maracaibo, porque a principios de 1829 el General Justo Briceño, sucesor de Carreño, le confía el encargo de trazar un mapa del departamento o "cantón" del Zulia. Esta región comprendía entonces las tierras ribereñas de la laguna de Maracaibo, cruzadas por el río Zulia, hasta los lejanos confines de la Nueva Granada y las nevadas crestas de las montañas de Mérida. Y Codazzi empezó por levantar el plano del estrecho que unía el golfo con las aguas dulces de la laguna; después pasó a medir cuidadosamente los ríos que desembocan en ella y las tierras que ellos separan hasta las montañas nevadas de las cuales descienden. Las regiones de Trujillo y de Mérida, en su parte montañosa, fueron visitadas por Codazzi, y dos lugares casi olvidados por el hombre, San Carlos, en el Escalante y la Sierra de Perijá, en la Guajira, fueron exactamente descritos por él. Del pequeño trazado de una región pasaba a una vasta tierra más rica en variedades físicas, y del pequeño mapa a la carta geográfica; y ponía igual exactitud y el mismo cuidado en ambas representaciones cartográficas. Mientras Codazzi se dedicaba a estos trabajos el mundo político cambiaba en torno suyo. Bolívar, a quien él, al salir de Maracaibo, habla dejado dominando en la ciudad, al regresar, se hallaba rodeado de tanta hostilidad que se consideraba próxima su caída. No sólo había rodado por tierra el sueño mayor del Libertador, sino que la realidad, mucho menor, por cierto, que él había construido, el Estado Andino, estaba disolviéndose. Bolivia había destituido desde mayo de 1828 a Bolívar y a Sucre del poder que tenían; y ahora le tocaba a Venezuela, la cual, bajo José Antonio Páez, se sublevaba (1829) y declaraba que quería separarse de Colombia. Más tarde -mayo de 1830- también las provincias del sur se reunirán en la república del Ecuador; de modo que Bolívar, ya enfermo y cansado, asistía, impotente para frenar el movimiento de disolución, al derrumbarse de su obra. ¿Cuál fue la conducta de Codazzi frente a los nuevos acontecimientos? Sus biógrafos dicen que seguía estas convulsiones de la vida pública americana "sin apasionamiento, pero con atención" porque, en el fondo, de ellas dependía todo su porvenir. Ahora bien, sin duda esta interpretación que los biógrafos dan del modo de comportarse Codazzi frente a los hechos no indiferentes que desfilaban ante su mente atenta, no es muy honrosa para él, porque nos lo representa como un hombre preocupado sólo de sí mismo y que no juzga los hechos sino en relación con la utilidad o el daño que le puedan acarrear. Ciertamente Codazzi tuvo admiración por Bolívar (nos lo dice en sus "Memorias"), pero no quiso ocultarse a sí mismo los graves defectos que pudo sorprender en él desde el primer contacto. Quizá su admiración creció durante la permanencia en Italia, pero al regresar a América -comenzaba entonces la decadencia de Bolívar- Codazzi pudo ver los errores cometidos, pudo escuchar las críticas, pudo comprobar las consecuencias funestas de su política dictatorial y centralizadora. Además, en su alma habituada a las luchas por la libertad, no podía durar mucho el sentimiento de admiración hacia quien, después de haber ayudado a los pueblos a sacudir el yugo, los tenía bajo un yugo igual y, después de haber convocado los pueblos a la libertad, les negaba la libertad alcanzada. Entre los varios Estados que, habiendo formado parte de la República de Colombia y cansados de la dictadura de Bolívar, querían darse un régimen normal, y Bolívar, que creía que los países que había juntado en uno y a los cuales había prometido una vida libre todavía no estaban maduros para un autogobierno, Codazzi no dudó, escogió a los primeros y, puesto que estaba en un departamento que pertenecía por tradición histórica a Venezuela, apenas se reunieron los representantes de las diversas provincias, entre ellos los de Maracaibo, en Valencia, para establecer el gobierno, se trasladó a la capital de Venezuela y presentó su obra cartográfica del departamento del Zulia, a la que acompañaba, dice Schumacher, una viva descripción de aquella tierra y de sus riquezas.  Naturalmente el "cuento atractivo" de Codazzi agradó al individuo a quien estaban confiados los destinos de Venezuela, a Páez, naturaleza inculta y fuerte, tenaz y sensible a todo lo que fuese ciencia y pericia; los mapas fueron presentados por Páez al Congreso y, con los mapas, la propuesta de levantar de la misma manera el mapa de toda la superficie de la nueva república. El 29 de septiembre de 1830 Codazzi fue nombrado Jefe de Estado Mayor de Venezuela y poco después el Congreso, al declarar que "el levantamiento de planos, formación de itinerarios y cuadros estadísticos del Estado es una empresa de la primera importancia para Venezuela, cuyos útiles efectos serian trascendentales a la mejor dirección de las operaciones militares, al conocimiento de los límites de las provincias, a la exactitud en el establecimiento de las contribuciones y el fomento de la agricultura, porque facilita la apertura y mejora de los caminos, el desagüe de los lagos y pantanos, y la limpieza y navegación de los ríos", encarga a Codazzi de realizar tal obra. No fueron generosas las condiciones ofrecidas por el gobierno venezolano a Codazzi, pero este, ante la posibilidad de emprender una serie de estudios de gran interés, lo olvidó todo y aceptó la modesta retribución; en el término de tres años debía terminar todo el trabajo de medición.

(1)En español es "mangle": creo que se trate del árbol llamado mango, que crece también en las Antillas.[El mangle y el mango son dos árboles distintos. Nota del traductor ].

 (2)La situación se había invertido: diez años antes eran las naves de la marina libre, que combatía a favor de los insurgentes, las que amenazaban las costas venezolanas del mar de las Antillas; ahora son las naves españolas las que hacen de naves corsarias y asaltan y se apoderan, o tratan de apoderarse, de los puertos y de la ciudad. Por esta época se destaca un marinero español, natural de Cádiz, Angel Laborde (1772-1884), como afortunado combatiente en Puerto Cabello después de 1820 y en los años siguientes

Mapas tomadas de:Ensamblando la nación Cartografía y política en la historia de Colombia
Universidad de los Andes


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