domingo, 13 de marzo de 2022

Codazzi en Venezuela: geógrafo y militar, gobernante y fundador Cardozo Galué, Germán

 

Codazzi en Venezuela: geógrafo y militar, gobernante y fundador


 

Cardozo Galué, Germán


 

 

 

 

 

 

 

La presencia histórica de Agustín Codazzi en Venezuela estuvo principalmente ligada a dos empresas: una de carácter intelectual, el Atlas físico y político de la República de Venezuela y el Resumen de la geografía de Venezuela, y la otra fundacional, la Colonia Tovar. Ambas ocuparon la mayor parte de los veintidós años que dedicó al país, de 1826 a 1848, con algunas interrupciones para atender sus compromisos como militar.

Codazzi no se vinculó circunstancialmente a los intereses venezolanos; durante su primera experiencia de vida americana, de 1817a 1822, recorrió las costas caribeñas en continua labor de hostigamiento al poderío español, para perjudicar a cuantos se oponían a la independencia de Venezuela. A fines de 1826 se unió en Bogotá al séquito que acompañaba a Bolívar, en el que sería su último viaje a Venezuela. Llegaron a la ciudad de Maracaibo, capital del Departamento de Zulia, donde el Libertador debía iniciar un plan de defensa de las costas para evitar el sorpresivo desembarco de tropas españolas; allí recibió el nombramiento de jefe de Artillería. Esta circunstancia lo colocó en el camino de satisfacer sus inquietudes de explorar e iniciar los trabajos de cartografía que lo convertirían en geógrafo de primera línea.

Con el propósito de estudiar el modo de defender a Maracaibo de posibles ataques hispanos por la península de la Guajira, recorrió y levantó mapas de toda la zona, en los que además de señalar los senderos indígenas y los puntos militarmente débiles, describió minuciosamente las características del relieve. Fue ésta su primera experiencia de campo como cartógrafo, en la que aplicó sus estudios matemáticos y fino espíritu de observación. En 1829 se le ofreció una segunda oportunidad. El general Justo Briceño, intendente de Zulia, le encargó el trazado de un mapa del departamento, que comprendiera las jurisdicciones de toda la cuenca del lago de Maracaibo, desde las tierras ribereñas y sus afluentes hasta los valles y cumbres de Trujillo, Mérida y San Cristóbal. Codazzi visitó aquel vasto espacio de disímiles paisajes y climas, y elaboró el primer estudio rigurosamente geográfico de una importante porción del actual territorio venezolano.

Mientras viajaba, redactaba precisas notas y diseñaba los borradores del mapa de Zulia, Codazzi tuvo noticia del movimiento separatista que lideraba el llanero José Antonio Páez. Al regresar a Maracaibo, en 1830, la encontró convertida en "teatro de discusiones y de dudas [...] Unos pretendían unirse a la Nueva Granada, otros formar un estado independiente o hanseático, y otros finalmente seguir el pronunciamiento de Venezuela [...] Prevaleció esta última opinión, y Maracaibo fue una de las once provincias que constituyeron la República de Venezuela", según afirmaba el periódico La Mariposa de Maracaibo, en 1840. Codazzi también tomó partido. Viajó a Caracas e hizo uso de su obra cartográfica sobre Zulia, como carta de presentación ante el presidente Páez. De inmediato éste, muy bien impresionado, propuso al Congreso ordenar la confección del mapa de toda la superficie de la República. El Congreso, luego de que Páez nombrara a Codazzi como jefe del Estado Mayor de sus fuerzas, le encargó la obra y declaró "empresa de la primera importancia para Venezuela" el levantamiento de planos, la formación de itinerarios y la elaboración de cuadros estadísticos. Desde luego que lo era. Preocupación esencial de quienes estaban al frente de la nueva República era la tarea de poner en marcha todos los mecanismos legislativos, políticos, económicos, educativos e ideológicos que contribuyeran a fortalecer los débiles vínculos jurídico-administrativos, surgidos apenas setenta años atrás con la creación de la Capitanía General de Venezuela.


 

Aún pesaban las formas sociales originadas por un período de casi tres siglos de vida provincial relativamente autónoma, generada por el aislamiento geográfico que dificultaba el control efectivo de los distantes centros de poder, se tratara de Bogotá, Caracas o Santo Domingo. Los años de independencia habían puesto al descubierto en Venezuela un desarticulado mosaico de regiones conformadas a través de procesos históricos diferenciados. El gobierno de Páez se estrenaba, entonces, con el difícil y agobiante compromiso de crear un Estado Nacional en un espacio compuesto por diversas regiones, economías no articuladas que se vinculaban directamente con el extranjero, ejercicio autónomo del poder y de la administración, élites dirigentes locales y procesos culturales propios, para las cuales Venezuela, como concepto histórico, sólo era un espacio ubicado en la región norcentral del territorio, denominado, hasta pocos años antes, la Provincia de Venezuela. Venezuela, como el nuevo ente que promulgaba la Constitución de 1830, era un espacio sin geografía común ni historia compartida. La propuesta de Codazzi contribuiría a hacerle frente a lo primero. La Historia de Venezuela, encargada también por Páez y su gobierno a Rafael María Barait, crearía lo segundo.

Codazzi exploró el país, tomó notas y realizó bocetos cartográficos durante ocho años, periódicamente interrumpidos por esporádicos compromisos relacionados con sus funciones de jefe de Estado Mayor, para atender las emergencias y alertas ocasionadas por el permanente acoso al gobierno de Páez por parte de alzados militares en los llanos y de focos de insurrección en las provincias de Maracaibo y Cumaná. Ya contaba con los levantamientos cartográficos del Departamento de Zulia. En 1830 realizó los correspondientes a la provincia de Coro y la costa venezolana, con sus accidentes hidrográficos y región insular. A partir de 1832 trabajó en las regiones de Caracas, Valencia, Barquisimeto, Harinas y Cumaná. En 1834 inició la exploración del delta del Orinoco, cuya extensa hoya hidrográfica recorrería en los dos años siguientes, combinando su vocación de geógrafo con exitosas campañas militares. Durante 1837 y 38 culminó la reconstrucción cartográfica de la extensa cuenca selvática del Orinoco.

Las tareas de exploración y notas habían culminado para fines de 1838. Entonces Codazzi se trasladó a su hogar en Valencia y, como afirma Mario Longhena, "el geógrafo, con la misma facilidad con que el hombre de armas había cedido el puesto al explorador, se cambio en cartógrafo, y supo manejar con maestría el pincel y la pluma como había manejado la espada". En 1839, Codazzi redacta e imprime en Caracas, en los talleres de George Corser, un Prospecto de un plano general de Venezuela y dos mapas, uno histórico y otro geográfico. En él anuncia su proyecto de un Atlas de Venezuela, que "por estar destinado a la instrucción básica de la juventud, comprendería la geografía, la geología y la historia del país, con noticias generales sobre las cinco partes del mundo".

El 16 de marzo de 1840 Páez firma un decreto del Congreso que autoriza la publicación de la obra corográfica de Codazzi, considerada hasta ese momento un trabajo de carácter técnico y estratégico realizado para el gobierno venezolano. En julio de 1840, Codazzi se traslada con su esposa, Araceli Fernández de la Hoz, a París, donde espera encontrar las mejores condiciones para perfeccionar y editar su obra; los acompañan el maracaibero Rafael María Baralt y Ramón Díaz, con el encargo de asesorar a Codazzi y escribir la Historia de Venezuela.

La obra de Codazzi recibe los mayores elogios del círculo de la Academia de Ciencias. De Alejandro Humboldt, autoridad indiscutible del momento, recibe el siguiente juicio crítico: "Los trabajos geográficos de usted que abarcan un área tan extensa, contienen tal acervo de detalles topográficos y tantas anotaciones sobre clima y altitudes, que harán época en los anales científicos. Me es una satisfacción haber vivido lo suficiente para poder asistir a la conclusión de esta magna empresa, que da lustre al nombre de Codazzi y gloria al gobierno que tuvo el tino de secundarla".

En 1840 se edita el Atlas físico y político de la República de Venezuela en la imprenta de Thierry Freres de París. Lo abre un dibujo estilo viñeta de Carmelo Fernández, en el cual, según la descripción que de él hace Mario Longhena, "quiso representar a la Joven República en una mujer vestida a la manera de los indios, sentada junto a armas y banderas, bajo un dosel de vegetación tropical, la cual, aunque tiene a su alrededor los símbolos de sus victorias, y al lado, sobre una gran roca, esculpidas las fechas de su liberación de la servidumbre española y los nombres de las batallas ganadas, no apoya sobre ellos su porvenir, sino sobre el libro de sus derechos, que tiene bajo el brazo, y sobre él pone su fuerza y esperanza".


 

La colección cartográfica incluye mapas históricos y físico-políticos, que tampoco escapan a la información etnohistórica. Entre los primeros figuran un mapamundi, dos cartas de Venezuela correspondientes a los años de 1810 y 1840, y cuatro mapas histórico militares que representan las campañas de 1812 a 1823, y permiten visualizar los vaivenes de las guerras por la independencia. Los segundos están referidos a América, las costas de tierra firme y el mar Caribe, hoyas hidrográficas y zonas de vegetación de Venezuela, la República de Colombia antes de 1830 y los mapas de cada una de las provincias de Venezuela para 1840. Finalmente, Codazzi representó gráficamente un corte longitudinal de los diferentes relieves venezolanos, acompañado de tablas comparativas. Además de la valiosa información corográfíca recogida en este monumental Atlas, que resumía largos años de trabajo realizado bajo deficitarias condiciones financieras, políticas y de recursos tecnológicos, la obra de Codazzi ofreció a Venezuela la primera demarcación cartográfica de sus límites internacionales y de los internos de las provincias.

Simultáneamente y como complemento del Atlas, Codazzi publicó una obra a la cual llamó Resumen de la geografía de Venezuela, Allí recogió las numerosas notas que como buen viajero y explorador había tomado por largos años de las características físicas, demográficas, los recursos naturales explotados y explotables, las costumbres, y el pasado y presente de los pueblos y regiones visitadas en su continuo peregrinar por el espacio venezolano. En una primera parte trató la geografía física, en la segunda la geografía política y la tercera la dedicó a la descripción de las provincias.

Durante los meses que duró la empresa editora del Atlas y de la Geografía de Venezuela, Codazzi trabó amistad íntima con el cartógrafo grabador alemán Alejandro Benitz, insigne artista a quien confío la ejecución gráfica de su proyecto y, también, las inquietudes y proyectos que bullían en su mente a raíz de la lectura de un oficio que le había sido remitido por el gobierno de Caracas, solicitándole opinión sobre los territorios más apropiados para el establecimiento en el país de colonias agrícolas con inmigrantes europeos. El joven cartógrafo, hijo de agricultores de la Selva Negra, se entusiasmó con el proyecto y acompañó en adelante a Codazzi en esta empresa colonizadora que signó el segundo aspecto destacado de su presencia en Venezuela.

Benitz le propuso reunir de inmediato en su país natal a familiares y amigos que estuvieran dispuestos a emigrar. Codazzi sugirió la conveniencia de visitar primero en Venezuela aquellos lugares que reunieran las mejores condiciones para el futuro asentamiento. A su regreso a Caracas, Codazzi realizó en compañía de Benitz una exploración por los valles de la cadena costanera central, que le reveló "la conveniencia de establecer la primera colonia en un anfiteatro delicioso que encierra las fuentes del río Tuya a una altura que varía de 1800 a 2000 metros sobre el nivel del mar. A su Juicio podían establecerse allí unas ocho mil personas, y las montañas vecinas ofrecían facilidades a la apertura de caminos de recuas a La Victoria y al mar y una carretera a la capital de la República", en palabras de Alfredo Jahn.

Manuel Felipe Tovar, dueño de las tierras seleccionadas, las cedió gratuitamente, y su tío Martín Tovar y Ponte ofreció a Codazzi la fianza necesaria para la empresa, repitiendo el gesto de confianza que había tenido en el coronel de ingenieros, cuando en 1840 le había servido de fiador ante el gobierno por los 100.000 pesos que le otorgara el Congreso para la impresión de la Geografía de Venezuela. De ahí el nombre de Colonia Tovar, que aún conserva este hermoso paraje del paisaje venezolano.

El 6 de abril de 1843 llegaron a la Guajira 358 inmigrantes de Alsacia y Baden, especializados en las más diversas tareas, acompañados de Codazzi y Benitz. Desembarcados en el Puerto Choroní, caminaron hasta la colonia. Poco a poco levantaron casas al estilo de su país de origen. Gracias a la meticulosidad del colonizador Codazzi, no les faltaron médico, maestros ni sacerdote; surgieron carpinteros, herreros, zapateros y carniceros; se la dotó de un aserradero mecánico, molinos de trigo, panadería, botica, cervecería, alfarería "y hasta tipógrafos y una imprenta donde se editaba un boletín mensual bilingüe".

En diciembre de 1845 abandonó Codazzi la Colonia Tovar para asumir el gobierno de la provincia de Barinas, donde inició y realizó proyectos de mejoras públicas y una labor permanente de conciliación de los intereses políticos, para impedir que penetrasen en la provincia los vientos de perturbación que llegaban de Caracas con motivo del proceso eleccionario de 1846. Los afanes del gobernante no frenaron su afición al estudio; escribió durante este tiempo sobre agricultura tropical, caminos, historia y geografía. Codazzi regresó a la Colonia Tovar a principios de 1847, ante las inquietantes noticias de que aquel paraíso tropical se veía también afectado y envuelto por el malestar que sacudía a la región norcentral del país. La presencia del fundador devolvió la tranquilidad a la pequeña colonia.

Por las mismas fechas, José Tadeo Monagas triunfó en la contienda electoral y fue proclamado presidente de la República. Antes del año, Monagas entraba en abierto conflicto con el poder legislativo al suprimir la Constitución y disolver por la fuerza el Congreso. Como era de esperarse, Codazzi quedó al lado de Páez, quien de nuevo salía a la palestra para recuperar el espacio político perdido; de inmediato viajó desde Barinas, a donde había regresado a hacerse cargo de la gobernación, a Maracaibo, que había reaccionado violentamente contra Monagas, sobre todo por la muerte de José Antonio Salas, diputado por la Provincia de Maracaibo. De allí, Codazzi pasó con su mujer e hijos a la isla holandesa de Aruba, en busca de refugio político. Perdido todo contacto con Paéz, Codazzi viajó a la Nueva Granada, atraído por las insistentes invitaciones de su gobierno y por una carta particular de su presidente, el general Tomás Cipriano de Mosquera, quien lo requería para que hiciera un levantamiento cartográfico similar al venezolano. En julio de 1848 Codazzi era nombrado profesor de la Escuela Militar Superior de Bogotá.

Germán José Cardozo Galué (Maracaibo, Venezuela; 3 de abril de 1940-Ibídem, 19 de junio de 2017)1​ fue un historiador y académico venezolano, licenciado en filosofía (Universidad de Deusto, 1964), licenciado en educación, mención ciencias sociales (Universidad del Zulia, 1968) y doctor en historia (Colegio de México, 1973). 

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