domingo, 1 de enero de 2023

VERSOS ESCRITOS PARA EL SR. J. M. SPENCE EN SU ASCENSIÓN AL NAIGUATA- HERACLIO M. DE LA GUARDIA

VERSOS ESCRITOS PARA EL SR. J. M. SPENCE

EN SU ASCENSIÓN AL NAIGUATA.

 

A la cumbre !,a la altura !

De Dios al fin más cerca allí estaremos:

La luz allí más pura,

Más nítido el ambiente;

 

POEM ON THE ASCENT OF NAIGUATA.

 

A nuestros pies el mar, el llano, el monte;

Más ligera la frente,

Más libre el corazón, acaso el alma

Se ensanchara a la par del horizonte!

A la cumbre! de la altura !

De confusas pasiones

Lejos del ruido tumultuoso, usado;

Con nuestro propio pensamiento solos

Y con Dios en sus obras revelado:

En medio la salvaje

Naturaleza agreste y primitiva,

POTENTILLA EHRENBERGIAN'A.

Que nunca vasallaje

Envidio al arte o la industria ;

Sino que muestra viva

De la mano de Dios, aun se levanta,

Virgen de todo "ultraje,

Libre del yugo de la humana planta;

Acaso dado sea

En la huella divina, no tocada,

Que el alma encuentre la escondida idea

De la vida, del ser y de la nada!

Acaso un débil eco, por fortuna,

Vibre allí todavía,

En los misterios del recinto oscuro,

De la voz celestial que oyó en su cuna

El mundo al despertar virgen y puro!

Acaso allí, región de las tormentas,

El cielo airado se desate en iras,

Y en medio de sus luchas turbulentas,

Cuando el rayo chispea,

Y de la trémula voz del sordo trueno

La cumbre sacudida bambolea;

Puede que la mirada

En la luz del revuelto torbellino

Descifre por el cielo iluminada

Los ocultos secretos del Destino!

Adelante! Del áspero sendero

Que valen el peligro y la fatiga?

Premio al arrojo habremos lisonjero

Cuando el gigante pedestal sumiso

A nuestros pies se incline,

Y abriéndose el espacio de improviso

Sus ámbitos profundos ilumine ;

Y desde el alto monte

Sin límite terreno

Se extienda y se dilate el horizonte

De ardiente vida y claridades lleno!

Esta es la cima ya. j Oh ! i desvarió

Sera del alma lo que el alma llena?

I No será sueño vuestro o sueño mío

Esta admirable, majestuosa escena?

—Acá el mar, a los pies, como gigante

Encadenado en un profundo abismo

Que rugiendo se agita delirante

Y tuerce en convulsión sobre sí mismo,

La agreste roca, la extendida costa

Borda en copos de espuma

En el afán inquieto de su ira ;

Mas burlado su esfuerzo se retira

Hasta perderse en la lejana bruma!

Cruzando su extensión, al soplo suave

De la brisa marina,

Se ve ligera nave

Como viuda gaviota de alas blancas

Que en las movibles ondas se reclina!

 —Allí del Tuy la vega

Lujosa en verde pompa y galanura,

Y las colinas mil do la luz juega

Y en varios tonos con placer fulgura.

Donde la erguida espiga

Del maíz generoso el útil t'ruto

Promete al labrador por su fatiga.

Donde el Café perfuma

La brisa en los jazmines

Con que su clima prodigo lo abruma!

—Allá el jardín, envidia de los jardines,

Que riega el claro Aragua

Y al que dio la fortuna

Beber la miel en extendidas eras,

Corona sin igual de su laguna!

—Y más allá, tendido mar lejano

Que semeja de fuego

Y en luminosa nube se desata,

La llanura vastísima se extiende

Y en horizonte inmenso se dilata!

Gala de nuestra zona,

De ruda industria asiento,

Toda su augusta majestad pregona,

Todo allí cobra vigoroso aliento ;

Que lejos de los lazos

Con que el placer cautiva,

Tranquilo el corazón, fuertes los brazos,

La savia el hombre guarda primitiva.

—Y acá, y allá; do quiera

Que atónito dirija la mirada,

Renace el mundo a su beldad primera,

Se sueña el bien de la primer morada !

Y en todas partes Dios, en todas partes

De su augusto poder la providencia,

Sin que logren las artes

O el vano genio de la humana ciencia,

Ni fingir ni explicar belleza tanta,

Aunque en sus vanidades

Su orgullo hasta los cielos se levanta!

—En el mar Dios severo,

Misterioso, insondable se presenta;

Y en los campos, benigno,

Solo tesoro de bondad ostenta.

Y aún más en este suelo a

Que su prodiga mano

A esta zona dar quiso

Las galas del perdido paraíso!

Por eso, oh! Dios, te siento,

Te escucho, te bendigo:

Se oye en la ardiente tempestad tu acento,

Y en los bosques aquí se habla contigo !

Por eso, de esta altura

Que domina los mares, las praderas,

Y de la nube entre la sombra oscura

Quiere alcanzar incógnitas esferas,

Mi suplicante voz a ti levanto

Para que así cual providente un día,

Hiciste con encanto

Tan bella y tan gentil la patria mía ;

Hoy con piedad la mires

Y de paz y de amor tiernos afectos

Bajo tu santa ejida nos inspires;

Y en las otras edades,

En el carro de triunfo del progreso,

De civiles, sangrientas tempestades

Libre la patria, por cortejo augusto

Solo habrá de llevar ante la historia

Justicia y Libertad, grandeza y gloria!

 

Heraclio M. de la Guardia 

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